Las firmas deberán fijarse más en lo local
ranking. La reversión de la globalización no sólo se está gestando los países ricos.
Otra señal indicativa de esta contracción global es la que se refiere al volumen de negociación diario de los mercados cambiarios: está en declive desde el 2013, según el Banco de Pagos Internacional. Si se suman todos los flujos financieros, incluyendo la inversión extranjera directa, los volúmenes transfronterizos de divisas del 2015 fueron la mitad de lo registrado en el 2007, según la consultora McKinsey.
“En mi libro Mundo 3.0, que se publicó en el 2011 (Deusto), ya advertí que el mundo no era tan plano y ni tan globalizado como la gente creía”, señala Ghemawat. Su punto de partida es que tampoco el proceso de interconexión global se había completado antes. Se había quedado a medio camino. Ahora se convertirá en algo diferente. Un mundo en el que importarán tanto las fronteras, como las distancias. “Las empresas destinarán más atención a los movimiento locales”, sostiene. “Para mí era evidente que desde el punto de vista político, lo que estaba ocurriendo no era sostenible. Por primera vez hay que admitir que la globalización va camino de sufrir una reversión significativa”.
La paradoja esquela era de la globaliza ción,enl os grandes números, resulta positiva. Se han reducido las desigualdades entre el Norte y el Sur y entre Oriente y Occidente. Desde 1990 el PI B mundial se ha triplicado. Y los consumidores( que no perdieron el empleo) se han podido beneficiar de la caída de precios de los productos y de una mejora de la calidad debido al aumento de la competencia.
Pero, al mismo tiempo, la economía ha empeorado en el seno de cada nación desarrollada, con el empobrecimiento de la clase media. Por ejemplo, el economista Max Roser ha demostrado que desde 2008 los ingresos reales de los hogares han caído en EE.UU., en el Reino Unido y no han vuelto a subir. Es lo que ha llevado un estudio de McKinsey a alertar de que por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, en los países más ricos los hijos vivirán peor que sus padres.
¿La culpa es del libre comercio? Por ejemplo, se le acusa a la globali- zación de haber causado undesplazamiento de los empleos hacia los países de bajo coste. “No es que el mundo esté robando puestos de trabajo a los EE.UU., sino que la administración no supo distribuirla riqueza de forma adecuada ”, dijo JackMa, el máximo ejecutivo de Ali Baba. De hecho, el Center for Business and Economic Research de la Ball State University concluyó el año pasado que el comercio fue el responsable de la pérdida de menos del 13% de los empleos en fábricas de Estados Unidos (desde 1979) . La gran mayoría de las plazas desaparecidas, casi el 88%, fueron víctimas de la automatización.
Stephane Girod es profesor de Negocios Internacionales en el IMD de Suiza y experto en globaliza ción.“Enestep roces o de liberaliza ción,aunqu ea nivel agregado el resultado es positivo, hay grupos de perdedores”, reconoce. ¿Quienes? Para Girod, son las víctimas de la automatización. Según el prestigioso economista del MIT, Daron Acemoglu: “Nopuedes pensar en hacer volver los empleos de la clase media. Muchos de los que se fueron volverán en forma de robot, en lugar de en personas”.
De ahí que muchos se interrogan si poner barreras, muros y aranceles es una buena respuesta. “Trump cree que con el proteccionismo va a proteger a los trabajadores norteamericanos. Está equivocado”, dijo Dany Bahar, del Brookings Institute.
“Dudo de que el proteccionismo sea la respuesta adecuada, –coincide Girod–. Hay sectores que sí es preciso proteger. Uno es la agricultura, por motivos ambientales. Y el otro, la industria cultural, porque hay también un factor social que considerar. La globalización ha afectado a la identidad de las personas. De ahí que se produzca el rechazo a la inmigración. Fuera de estos ámbitos, los gobiernos deberían más bien preocuparse de formar a las personas ante la cuarta revolución industrial que se avecina”.
Los datos indican que la apertura global de la economía estaba un tanto exagerada y ahora da marcha atrás El proteccionismo no acostumbra a crear más empleos, en un contexto de alta automatización