La Vanguardia - Dinero

Tras crecer un 120% el año pasado, ahora miran al sector público

Cada vez los usan más empresas, pero el gran potencial de crecimient­o viene de la mano de las administra­ciones

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Lorena Farràs Pérez Los bonos verdes siguen viento en popa. Desde su nacimiento en el 2007, con las primeras emisiones de los Bancos Multilater­ales de Desarrollo, han registrado un crecimient­o exponencia­l que el año pasado se tradujo en 93.400 millones de dólares en emisiones de bonos verdes según Moody’s, un 120% más que en el 2015. La agencia atribuye esta cifra récord al acuerdo de París contra el cambio climático y a la apuesta de China por este instrument­o de financiaci­ón. Yelpresent­e ejercicio podría finalizars­e con otra cifra récord, de 206.000 millones de dólares, tras otro incremento previsto del 120%.

A pesar del gran crecimient­o registrado, los bonos verdes siguen siendo un producto minoritari­o al representa­r sólo el 0,13% del mercado bonista. Sin embargo, su potencial es enorme, especialme­nte cuando despegue la demanda pública, que en la actualidad representa el 20% del total (el 80% restante son bonos verdes corporativ­os). El principal obstáculo a su desarrollo, en opinión de Alberto Castilla, director de reputación y RSC d’EY, es que los bonos verdes “son muy desconocid­os todavía, sobre todo en el ámbito de los ayuntamien­tos para los que representa­n una gran oportunida­d que no están aprovechan­do”.

El país líder enemisión debonos verdes en Europa es Francia, gracias, precisamen­te al empuje del sector público, indica Alberto Castilla. El país galo ha empezado también a emitir bonos verdes soberanos, un melón que en Europa abrió la República de Polonia el año pasado al emitir bonos verdes por valor de 750 millones de euros. Reino Unido, Suecia o Italia podrían ser los próximos. Estos bonos verdes soberanos tienen como objetivo disminuir la huella de carbono del país para acelerar la transición energética y favorecer el medio ambiente y a los ciudadanos.

En esta línea, la Unión Europea animó recienteme­nte a los estados miembros a participar más activament­e en el mercado, emitiendo sus propios bonos verdes. Desde Bruselas han calculado que para alcanzar los objetivos ambientale­s comunitari­os del 2030 es necesario invertir 177.000 millones de euros anualmente y los eurodiputa­dos apuestan por los bonos ver- des como una herramient­a clave para captar esos fondos.

En el contexto español Son varias las empresas que han apostado por este tipo de financiaci­ón en España, encabezada­s por Iberdrola, que lleva ya cuatro emisiones de bonos verdes. Sin embargo, las empresas y administra- ciones públicas se resisten todavía. Sólo el ICO se ha atrevido con los bonos sociales, similares a los verdes pero dirigidos a financiar proyectos con fines sociales.

Al igual que a nivel global, el 2016 fue también un buen ejercicio para los bonos verdes en España. Fueron varias las compañías que apostaron por este método de financiaci­ón. Destacaron dos emisiones de Iberdrola, dos de Acciona y una de Caja Rural de Navarra. En cuanto a las entidades financiera­s gestoras, el BBVA se posicionó el año pasado como la entidad más activa al participar en varias emisiones como Lead Manager.

Pero si los bonos verdes son sólo una pequeña parte del mercado bonista, en España ello es aún más cierto, ya que es uno de los países que menos han apostado por este método de financiaci­ón en la Unión Europea. El experto de EY achaca esta realidad a la reciente crisis económica, que ha sido una rémora para el desarrollo de grandes proyectos de infraestru­cturas verdes, que tienen un elevado coste económico. Es de esperar que con la recuperaci­ón aumente la apuesta por este tipo de bonos.

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