La austeridad ha dado sus frutos
al 80% del empleo. “El ciclo dela demanda es alcista en Europa, hayla sensación deque se quiere que recuperar el terreno perdido”, dice Otero . “La limpieza de la banca ha tardado muchísimo, prácticamente cinco años. Pero ahora está dando sus frutos”. Fuentes financieras señalan cómo ahora las empresas no están demasiado pendientes de las entidades para pedir préstamos y que, por ejemplo, incluso en el seno del ICO en España, se reconoce que “ahora el crédito ha llegado”.
Angela Bouzanis, economista sénior en FocusEconomics destaca que “un mercado laboral más fuerte y una baja inflación son los factores básicos detrás de estos resultados. Pero también las refor- mas económicas llevadas a cabo durante la crisis han ayudado a corregir problemas estructurales y han contribuido a ganar confianza en el seno del bloque comunitario. Creo que los analistas que lo veían todo negro han exagerado. El Brexit, el Grexit, el aumento de los populismos y otros posibles eventos con toda probabilidad, incluso en el caso de que se produjeran, no descarrilarán la economía europea; como mucho, ralentizarán la coordinación de las políticas y no serán de ayuda en la trayectoria a largo plazo”.
Jorge Sicilia, economista Jefe del Grupo BBVA y Director de BBVA Research subraya que “Europa y EE.UU. en los últimos dos o tres años han tenido prácticamen- te un comportamiento similar, pero los resultados registrados por la eurozona tienen más mérito, porque su crecimiento potencial es más bajo. En particular, el PIB por persona en edad de trabajar ha experimentado progresos importantes en países como Alemania o Irlanda”. “Nuestros analistas estiman que la senda será de crecimiento positivo en Europa en los próximos cinco años. Asimismo, cabe la posibilidad de que si EE.UU. reduce su presencia en la escena global, los líderes europeos podrían aprovecharse de ello”, pronostica Bouzanis.
Sin embargo, los populismos en Europa están lejos de haberse desvanecido y se hacen oír en la calle ... y en los sondeos. “Es verdad que la realidad no se percibe como tal, porque estamos siendo muy exigentes con el PIBquecreemos que nos merecemos. Lo que ocurre es que si se compara con otras oca- siones, antes uno se recuperaba en menos tiempo y con más intensidad de las crisis”, explica Jorge Sicilia.
Daniel Gros, director del Ceps de Bruselas, en un estudio reciente, intentaba descifrar la contradicción entre los datos económicos positivos y el malestar del ciudadano de a pie con Europa. “La oposición hacia la integración europea no se basa en lo que la Unión hace, como puede ser la austeridad o el libre comercio, sino en lo que representa. En un contexto de globalización e inmigración, prevalece el tema identitario. Los populistas se preguntan ‘¿quienes somos?’ en lugar de ‘¿cuánto dinero hago?”.
En su opinión, Europa arrastra consigo una imagen de institución burocratizada, porque muchas de sus instituciones no son elegidas y muchas de sus decisiones se fundan en tratados estables, que nosiguen las mayorías del momento. Y así se convierte en objetivo de las protestas, cuando “la Comisión ya ha abandonado la austeridad”, indica Gros.
Aparte de los analistas, ahora hace falta que los ciudadanos sepan apreciar el bienestar que tantos años nos ha costado a los europeos construir. Porque el coche será antiguo, pero camina.
Pese al repunte, todavía no se ha recuperado la riqueza anterior a la crisis Los populismos obedecen más a cuestiones identitarias que económicas