2017, un bueno Arco
Arco se ha ido recuperando después de unos años muy difíciles. Carlos Urroz, su director, está marcando el buen paso y gracias a acertadas decisiones estratégicas, como la atracción de galerías de primer nivel internacional, el trabajo con países invitados clave (este año, Argentina), un buen programa de coleccionistas o una esmerada selección de galerías, han hecho que la feria vuelva a ser aquel momento anual que ayudaba a estructurar un sector, generaba un nuevo coleccionismo y hacía de puente con el mercado sudamericano.
Con un importante apoyo institucional, Arco potencia un puñado de ferias satélite durante estos días en Madrid y hace aflorar lo mejor de la ciudad, con propuestas de nivel en sus museos y galerías.
Las turbulencias por las cuales viene pasando el mercado internacional del arte, que aguanta con cierta solidez a pesar de la contracción importante de volumen que ha sufrido este último año, parece que no han afectado a la feria madrileña.
En términos de mercado, esta ha sido una gran edición. Preguntados a los galeristas, el tono general era muy positivo, con ventas importantes y buenos contactos. Martin Aguilera de Mendes Wood (São Paulo y NY) destacaba el activo programa de coleccionistas; Susie Guzman, de Hauser & Wirth, la mega galería que participa por primera vez, apuntaba la buena acogida del argentino Guillermo Kuitca; y Jean Frémon, de la parisina Lelong, hacía notar que el ritmo de ventas era superior al del año pasado.
Remarcar finalmente la desdichada ausencia de Toni Estrany, fallecido hace unos días, uno de los puntales del galerismo de nuestro país. Ycomo novedad entre las galerías catalanas, la incorporación en la feria de Mayoral con una excelente propuesta de tesis entre Joan Ponç y Alexander Calder (de quiénes llevan la obra más cara de la feria, 2,5 millones de euros).