Las cuatro personalidades que hay en toda empresa
Para gestionar bien una firma hay que entender a los perfiles integrador, conductor, guardián y pionero
Un centro de trabajo alberga personalidades muy diferentes, y el acercamiento que se tiene a ellas suele ser muy instintivo, producto de las experiencias cotidianas. Hay empleados cuyos objetivos difieren y cuyas formas de actuar son distintas, que son percibidas por compañeros y superiores de una forma intuitiva: se afirma que hay personas más dedicadas, más serviles, más eficaces o más introvertidas, y desde esos calificativos suelen ser valoradas.
Pero también hay clasificaciones más científicas, ligadas a las necesidades que cada trabajador muestra y a los estilos de liderazgo precisos para conseguir que su vinculación con la empresa y su productividad sean mayores. Una persona a la que le gusta destacar precisa reconocimiento y autonomía, y el mejor gestor será aquel que sepa ofrecerle esa distinción que anhela; el que busca creatividad e innovación demanda tareas que cumplan con sus expectativas; quien es más ambicioso necesita retos que le puedan catapultar a escalones superiores. En definitiva, no existe un estilo de dirección unitario, sino que hay distintos caminos para llegar a la meta.
Business Chemistry
Deloitte ha puesto en marcha un sistema para identificar, analizar, y sacar el máximo partido a las diferentes personalidades que se dan cita en un centro de trabajo. Han realizado estudios sobre el carácter de más de 190.000 personas (y sobre cómo se interrelacionan), que han sido recogidas por un equipo multidisciplinar en el que figuran la antropóloga Helen Fisher, conocida por sus investigaciones sobre las relaciones románticas, y el biólogo molecular Lee Silver, y con los resultados han tejido un sistema, llamado Business Chemistry, destinado a gestionar mejor el capital humano.
Según los expertos de la consultora, hay cuatro tipos dominantes y bien delimitables de caracteres en las organizaciones.
El pionero y el conductor
El primero de ellos es el pionero, un tipo psicológico que se caracteriza por su energía y espontaneidad y por su orientación al cambio, así como por la búsqueda continua de nuevas posibilidades. Son personas creativas, que toleran bien la ambigüedad y que pueden cambiar de opinión con cierta fa- cilidad. Cuando estos empleados cuentan con superiores que tratan de hacer valer el orden y la jerarquía, suelen encontrarse con problemas. En esos casos, para mantenerles motivados, es importante que se evite la palabra no, que se insista menos en estructuras y procesos, que se les valore más a partir de sus ideas que de los hechos, y que se tenga en mente que sus intuiciones pueden ser altamente útiles.
El conductor, por el contrario, está caracterizado por una clara orientación al logro a partir del conocimiento técnico. Utiliza la racionalidad, el estilo directo y los argumentos cuantitativos. Muchos de ellos han estudiado matemáticas, ingeniería o tecnología. A menudo priorizan las metas profesionales sobre las relaciones personales, y suelen ser exigentes. Si se quiere tener enfocado a este tipo de empleado, hay que ser concisos, prácticos y tomar decisiones firmes.
El guardián y el integrador
El guardián es el garante del orden. Son trabajadores que priman la seguridad a la hora de tomar una decisión, por lo que suelen ser muy metódicos, y se caracterizan por su tendencia a seguir las normas e ir raramente en contra del sentido común reinante en la organización. Son, por tanto, disciplinados y convencionales, y muy adecuados para implementar procesos, gestionar situaciones en las que las instrucciones deben ser cumplidas de forma fiel y en las que los detalles son esenciales a la hora de realizar los procesos. Valoran la lealtad, y si se la demuestran, responderán muy positivamente.
El integrador tiene como prioridad generar el ambiente adecuado, por lo que suele evitar la confrontación y buscar el consenso. La empatía es la norma en sus actuaciones. Su proceso de toma de decisiones suele ser más lento, dado que trata de recoger diferentes perspectivas, armonizándolas y buscando los puntos de conexión. Genera confianza en la gente que le rodea y toma en cuenta más las ideas del colectivo que las suyas propias. En contrapartida, suele encajar mal en los entornos resolutivos, que priorizan la acción rápida y los resultados inmediatos.
Estas personalidades rara vez se dan de forma pura, sino que cada empleado recoge algo de cada una en su actitud. No obstante, casi todos pueden encuadrarse en una de estos tipos, porque es el que domina su carácter.
El pionero es un perfil que se caracteriza por su espontaneidad y por su orientación al cambio Los trabajadores guardianes priman la seguridad y los conductores son los garantes del orden El integrador tiene como prioridad generar buen ambiente y evitar la confrontación