Quiere conectar el coche con la cocina o la nevera
La compañía prevé que en el futuro el automóvil será un nuevo espacio vital semejante al hogar o la oficina
Bosch creó en el 1897 el primer componente para automóviles. Hoy 120 años después la compañía que creó Robert Bosch en Stuttgart sigue investigando para convertir los coches en el tercer espacio vital de las personas detrás del hogar y del puesto de trabajo. Eso será una realidad cuando el automóvil sea autónomo y esté completamente conectado: “cuando vaya en mi coche en modo autónomo por la autopista podré cocinar ya que le pediré que se conecte con mi robot de cocina o con mi frigorífico que tiene una cámara dentro con la que puede ver qué alimentos tengo”, explica el presidente del Grupo Bosch en España, Javier González. La visión de la multinacional alemana es con conocimiento de causa, puesto que casi todos los coches que hoy circulan por el mundo –incluidos los de Tesla– llevan algún componente desarrollado por Bosch, ya sea un sensor o una sonda.
El grupo Bosch fue incluso el creador del software que permitió al grupo Volkswagen poner en marcha el trucaje de los motores conocido como dieselgate. González señala que “lo que sí que puedo decir es que en EE.UU. hemos llegado a un acuerdo en el que, no reconociendo la culpa: ‘hemos dicho vamos a cerrar el tema’”.
Además de la conectividad y el coche autónomo, Bosch trabaja en la electrificación de las flotas y en la intermodalidad de la movilidad. González indicó que el grupo invierte 400 millones en el desarrollo de una batería para los vehículos limpios. ¿Cuando llegará el coche eléctrico de forma masiva a las calles? “Cuando el kilómetro recorrido con un eléctrico tenga un coste similar al de un vehículo de combustión y eso será en el 2022 o el 2023”, contesta González. Posteriormente, en el año 2025, el presidente de Bosch España cree que entre el 15% y el 25% de los vehículos serán eléctricos. En cuanto a la intermodalidad, Javier González cree que en el futuro lo importante no será el coche sino la movilidad ya sea en vehículo propio, en uno compartido o en bicicleta eléctrica.
Bosch es un gigante en España que factura 2.720 millones de euros y que emplea a 8.740 trabajadores en 20 localizaciones dife- rentes. En Barcelona dispone de un centro de atención telefónica que atiende las llamadas de emergencia que generan los vehículos equipados con el sistema de Icall –desarrollado por Bosch–, cuando sufren un accidente.
En las instalaciones de Barcelona trabajan unas 90 personas, más otras 200 temporales para cubrir puntas de trabajo. “Opera- mos en 22 idiomas y tienes que tener disponibilidad de gente multilingüe: normalmente hablan de dos a tres idiomas.
Y esa disponibilidad de personal sólo se da en ciudades con calidad de vida elevada como Barcelona”, explica González. Ese sistema automático de llamadas de emergencia de Bosch es uno de los ejemplos de una aplicación desarrollada para el automóvil que ha saltado a otros vehículos como las motos e, incluso, las bicis. El aprovechamiento de la tecnología para usos diversos es una de las características de una compañía como Bosch, que está presente en cuatro grandes áreas de negocio: soluciones de movilidad, tecnología industrial, bienes de consumo y tecnología para energía y edificios.
“Un sensor, denominado giróscopo, que se usa para los sistemas de estabilidad del ESP de los coches también se encuentra en los teléfonos móviles”, indica González. La compañía es también una de las líderes en el negocio de los electrodomésticos con marcas como Bosch, Siemens, Ufesa o Balay.
En esa actividad hay también una convergencia entre tecnologías desarrolladas en diferentes ámbitos de negocio de la compañía: “Una sonda de temperatura que tienen los catalizadores de los coches de gasolina se utiliza también en los nuevos hornos domésticos que miden la temperatura del pavo que cocinas tanto en su superficie como en el interior”.
Todo para poder cocinar incluso desde el coche.