Robert Tornabell
Reflexiones en una nueva sociedad
El reto Catalunya creó una nación por sus iniciativas sociales y espíritu emprendedor; España se vació en las quimeras del imperio
Catalunya fue grande cuando reflexionó sobre el futuro sin olvidar su pasado. En Palafrugell, el alcalde y el director de la Obra Social La Caixa organizaron un oportuno encuentro. Catalunya engendró una nación porque las iniciativas sociales y el espíritu emprendedor surgieron en todas las poblaciones, mientras España se vació en las quimeras del imperio.
Jaume Giró nos transmitió su preocupación por los robots, nos dio soluciones y fue lúcido como l’élan vital (impulso o fuerza vital) de Henry Bergson. La profesora Victoria Camps nos alertó sobre el futuro. Ya no se trata de dividir el conocimiento en compartimentos estancos y va a ser necesario que quienes intentan averiguar dónde se encontrarán los nuevos trabajos piensen en los perfiles que necesita la sociedad. Antón Costas se aventuró en las nuevas formas de capitalismo viable, que debe humanizarse para que la creciente desigualdad no se lo lleve todo por delante.
No fue fácil tratar sobre el malestar de las sociedades occidentales porque aparecen nuevos espacios políticos que son arrebatados por los que desconocen el pasado de Catalunya. El director de La Vanguardia hizo frente a la cuestión con sabiduría, sagacidad y lucidez. El filósofo Josep Ramoneda se preguntó sobre el futuro de Europa y nos recordó que no tuvimos en cuenta que la caída del muro de Berlín podía propiciar una economía global, pero se pasó por alto que los países de Europa del Este tenían otra cultura y que lo económico no lo es todo.
David Vegara y el director del servicio de estudios de CaixaBank nos alertaron de que el comercio mundial no puede crecer indefinidamente sobre el PIB mundial y que el estancamiento secular de Larry Summers puede acentuarse con el neoproteccionismo. La sesión dedicada a los medios de comunicación tuvo la mano maestra del notario Juan José López Burniol. Fue certero, agudo y desafiante y les dijo a los medios de comunicación que cuando se expande “la posverdad”, la gente quiere “la verdad”. Y sólo eso tiene valor ahora mismo.
Alfredo Pastor nos ofreció un marco para reflexionar sobre qué podemos esperar del trabajo ante la revolución tecnológica. Separó las innovaciones (que se aplican a veces al cabo de muchos años) de las tecnologías, que con dificultades se abren paso en todos los sectores. Su escenario fue de luces y sombras, pero con un sentido común que abrió muchas esperanzas. Por el lado de los empresarios, el representante de Bertelsman, Francisco Belil, insistió en la necesidad del liderazgo, la flexibilidad y el cambio. Judith Viader defendió con fuerza que sin contar con los mandos intermedios ningún cambio es posible, y Ramón Pastor, de HP, que Catalunya debe pensar en grande, como hizo en los mejores años.