Art Dubai, la más global
Sólo el 10% de las galerías están de Dubái, el resto son internacionales
Con galerías participantes de 43 países, Art Dubai se declara la feria más global de todas. En la ciudad conviven más de 200 nacionalidades y este cosmopolitismo y energía, junto con un alto índice de riqueza y una mentalidad business friendly, es lo que atrae un centenar de galerías en la feria.
Bajo la nueva dirección de Myrna Ayad y el español Pablo del Val, uno no encuentra arte local como podría pensar (sólo el 10% de las galerías están en Dubái), sino propuestas internacionales, lo que no quiere decir que la feria sea la plataforma preeminente para interactuar con arte de Oriente Medio y del norte de África. Entre las obras expuestas destacan las de Lelong, que trajo una grande cabeza de Plensa; la de Marlborough, que dedicó el stand a las esculturas de Calatrava, con precios de 110.000 a 480.000 dólares y la galería Leila Heller de Dubái, que mostró un conjunto de grandes fotografías de Shirin Neshat que vendió entero a 85.000 dólares cada fotografía. Dubái ha evolucionado mucho y está haciendo muchos esfuerzos por generar las condiciones idóneas para que la creatividad pueda aflorar. Es paradigmático el nuevo distrito cultural que la familia Alserkal ha apoyado, con galerías, estudios de artistas, diseñadores, un teatro, empresas creativas y un fantástico edificio diseñado por Rem Koolhaas, Concrete, para exhibir propuestas artísticas. La suma en estas fechas de proyectos de arte público en la ciudad, del Global Art Forum por el debate cultural en la región y de la Bienal de Sharjah, hace de Art Dubai una feria muy interesante. Algunas galerías que participan llevan propuestas de otras ferias, pero este año, se ha hecho un esfuerzo por presentar stands comisariados, como se ve en las deliciosas fotografías de Shirin Neshat. Yla londinense Victoria Miró medecía que esta es una gran feria en la cual hay que participar con un punto de riesgo, y que después de 5 años, ha encontrado una comunidad local muy interesada en sus propuestas. La vecina Abu Dhabi ha jugado la carta de comprar franquicias de museo, Guggenheim y Louvre. Dubái apuesta por tener personalidad propia y generar uno hub cultural potente que la haga brillar con luz propia en Oriente Medio.