Un conector biológico a medida
La finca de Can Fenosa, ubicada entre Martorelles y Montornès, en el Vallès, era la ubicación deseada por Cobega para construir su planta de referencia, pero no fue un objetivo fácil: en 1999, los dos ayuntamientos estaban enfrentados por la necesaria recalificación de los terrenos en suelo industrial. Finalmente, las obras empezaron en el 2004, la planta se inauguró en el 2006. Y ante la presión de los grupos ecologistas, Cobega tuvo que construir un conector biológico de 1,4 kilómetros de largo y hasta 60 metros de ancho, con túnel LLIBERT TEIXIDÓ incluido, para facilitar el movimiento de anfibios, reptiles y aves de la cordillera litoral al Besòs. El conector se complementa con una laguna artificial (en la imagen)a la que van aguas sobrantes de la fábrica, después de ser depuradas. El programa de control de la fauna y la vegetación de la zona, de la mano de AccióNatura, ha detectado un aumento del censo. “No sé si hay muchas fábricas en el mundo con conector biológico. Somos una best
practice”, dice Ferré. “Somos una industria, pero intentamos respetar al máximo el medio ambiente”.