La geopolítica y la toma de beneficios
Tras unas semanas de volatilidad prácticamente inexistente en el mercado bursátil, asistimos a un cierto rebrote de los indicadores clásicos de riesgo, como por ejemplo la compra de activos refugio –bonos alemanes y americanos a largo plazo o el oro– o la propia cotización de la volatilidad.
Como muestra, la referencia de deuda alemana en el plazo de diez años vuelve a situarse en el 0,2% de rentabilidad a diez años, frente al 2,28% de su homólogo estadounidense, ambas referencias en sus mínimos recientes.
También hemos visto algo de caída en las bolsas, pero parece poco si lo comparamos con la evolución de los indicadores que acabamos de comentar.
Los motivos de esta compra de activos refugio debemos buscarlos en la mayor tensión percibida en la geopolítica internacional, con focos de tensión creciente en las relaciones de Estados Unidos con Rusia y China, a cuenta de los conflictos en Siria y Corea del Norte, además de los problemas ya tradicionales en Europa, esto es, elecciones en Francia y las idas y venidas de las negociaciones sobre el Brexit.
En mi opinión, este panorama nos sitúa ante una disyuntiva: ¿veremos repuntar de nuevo los tipos de interés, o veremos a las bolsas recoger beneficios? Quizá la clave para decantarse por una u otra opción la encontremos en la actividad económica y la capacidad de las economías desarrolladas para crecer y recuperar niveles más elevados de inflación, los dos elementos clave que explican el fuerte movimiento alcista que arranca en el tercer trimestre del pasado año 2016 y se acelera definitivamente con la victoria del presidente de Estados Unidos Donald Trump. Por el momento, los datos de actividad y crecimiento son bastante prometedores, y las revisiones de crecimiento global parecen encaminadas a una serie de revisiones al alza. Algo similar ocurre con los beneficios empresariales.
Otra cuestión es que los datos de expectativa en las últimas semanas hayan contribuido a dibujar un escenario prácticamente idílico que difícilmente pueda ser cumplido y, por tanto, veamos algo de caída en los mercados bursátiles a corto plazo.
Pese a esta posibilidad, seguimos viendo, de fondo, un escenario de marcada recuperación de la actividad, con recupera- ción de los niveles de inversión, consumo y empleo, lo que llevará a incrementos de la inflación y a la normalización de la política monetaria en los países desarrollados. Éste sigue siendo el escenario central, el cual es positivo para las bolsas y el crédito a corto plazo, y negativo para los tipos a largo más allá de los movimientos más o menos bruscos que puedan darse.
Pienso que veremos algo más de volatilidad probablemente acompañada de recortes en el corto plazo. Así las cosas, la recomendación a los inversores es que mantengan las posiciones siempre que estén dentro de su perfil de riesgo e, incluso, recomiendo estudiar posibles oportunidades de compra si las carteras y los mercados lo permiten.
Estaremos atentos.