La Vanguardia - Dinero

El coche empieza a alzar el vuelo

Los primeros prototipos de coche volador despegan en Silicon Valley y también avanzan en Europa

- Blanca Gispert

La eslovaca AeroMobil y la alemana Lilium mostraron sus avances la pasada semana

Aunque se parezca más a un esquí acuático que en un coche, esta semana el cofundador de Google Larry Page demostraba sobre un lago cerca de San Francisco los avances que ha conseguido en su proyecto de coche volador, que podría poner a la venta a finales de este año. Coincidía con el anuncio que lanzó Uber sobre la intención de lanzar en el año 2020 un servicio de taxis que sobrevuele­n la ciudad. La semana pasada, dos empresas más, la eslovaca AeroMobil y la alemana Lilium, mostraban la evolución de sus modelos de vehículos con alas. Y el francés Airbus, gran fabricante de aviones, también tiene entre manos el Pop.up un aparato híbrido de cuatro ruedas que podría elevar dentro de un año. La mayoría son eléctricos (excepto el AeroMobil, que va en parte con gasolina) y vuelan a una velocidad de entre 40 a 360 km/h con una autonomía de 75 a 700 km.

El coche volador ya no es un sue- ño y la lucha por quién lo comerciali­za primeroagr­anescalaes­táservida. Las propuestas son variadas y las que consigan convencer al público serán las más atractivas, pero también las que mejor se adapten al marco legal de cada Estado. Agrandes rasgos, hay dos planteamie­ntos: los coches voladores que apuestan para elevarse de forma vertical, como los de Lilium, Uber y Kitty Hawk (del fundador de Google Larry Page) y los que se ponen en marcha igual que un avión convencion­al, como el del modelo de AeroMobil. Los primeros son más prácticos, porque sólo requieren que la ciudad habilite pequeños puntos de despegue para los coches, en cambio los segundos necesitan una superficie más extensa fuera del núcleo urbano. Aun así, son más realistas porque son los únicos que cumplen con la regulación vigente.

Por otra parte, las empresas tienen que afrontar la barrera de las licencias de conducción del usuario, que tendría que obtenerlas solo para conducir el coche volador. Por ello, la mayoría de las compañías inmersas en este proyecto desean que los coches voladores salgan al mercado comotaxis pilotados por especialis­tas. Algunas aún van más allá: AeroMobil y Lilium ya piensan en fabricar coches voladores sin piloto. Esta idea parece lejos de materializ­arse no sólo por la tecnología, sinoporque­si“sólo el 10% delagente cree estar familiariz­ada con la conducción autónoma de un coche convencion­al, el porcentaje de estarlo en uncoche volador es todavía más bajo”, apunta un estudio de la Universida­d de Michigan. El precio es otro impediment­o para convertir estos aparatos en un producto masivo. Page, deKitty Hawk, dijo que su coche tendría que poder comprarse por unos 2.000 dólares a finales de año, claro que su modelo sólo puede sobrevolar superficie­s de agua. El modelo más avanzado, el deAeroMobi­l, cuesta unos1,5 millones de euros.

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AEROMOBIL
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KITTY HAWK

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