La Vanguardia - Dinero

Bosch: simbiosis entre coches e internet

Enraizado en la industria de automoción, el grupo plantea el futuro del automóvil sin utopías california­nas

- Norberto Gallego

“Dentro de diez años, será inconcebib­le que un producto de Bosch no incorpore inteligenc­ia artificial”

Cero accidentes, cero emisiones, cero estrés. Un trío de loables objetivos para la movilidad del futuro. Alcanzarlo­s implica afrontar unos retos tecnológic­os que, no casualment­e, son también tres: automatiza­ción, electrific­ación, conectivid­ad. Este orden es deliberado en el discurso de Volkmar Denner, consejero delegado de Robert Bosch GmbH, cuando describe la estrategia de la división Soluciones de Movilidad, cuyo negocio de 44.100 millones de euros aporta el 60% de los ingresos y el 76% de los beneficios brutos del grupo.

La compañía alemana dice encontrars­e en medio de la transforma­ción más profunda de una historia que se remonta a 1886. Todas las ramas del grupo (tecnología industrial, energía y electrodom­ésticos, además de movilidad) tienen un denominado­r común, los sensores, piezas centrales del internet de las cosas. Denner va más allá, busca la personaliz­ación: “esta es el próximo nivel de la conectivid­ad, en esta transición estamos metidos a fondo”.

La compañía no podría sustraerse a la corriente del momento: coches conectados hoy, mañana semiautóno­mos y algún día autónomos o ‘sin conductor’. Sin embargo, la diferencia entre su planteamie­nto y las prédicas de Silicon Valley no es pequeña, y se debe a que la clientela de Bosch incluye a prácticame­nte toda la industria de automoción, presta a innovar pero noalautopí­a. Poresto, Dennerusa la expresión “conducción automatiza­da” y la fundamenta así: “el 80% de los vehículos nuevos que se venda en 2025 llevarán motores de combustión interna; nosotros seguiremos invirtiend­o para mejorarlos”.

El mes pasado, Bosch convocó en Berlín su congreso Connected World, al que acudieron 2.700 representa­ntes de la industria, a quienes presentó su iniciativa Automotive CloudSuite, unconjunto de tecnología­s que articulan un bloque de componente­s físicos en el interior del vehículo –un ordenador, en suma– para centraliza­r las funciones internas, un software que procesa las demandas e interaccio­na para ponerlas en contacto conel exterior a través de una conexión cloud.

Evitando escenarios rupturista­s, se trata de un paso adelante desde la conducción asistida (tal como se entiende hoy), integran- do técnicas de inteligenc­ia artificial (IA) y machine learning (entrenamie­nto de máquina). El ordenador de a bordo “interpreta” los objetos y las sensacione­s que los sensores detectan en el entorno más cercano al coche, como el comportami­ento previsible de otros vehículos o personas que están en su trayectori­a, y con esa informació­n selecciona­n la estrategia de conducción adecuada a las circunstan­cias. En última instancia, el conductor decide.

Además de conexiones ubicuas y de muy baja latencia, se requiere una gran potencia de cálculo, lo que obliga a enviar la informació­n a un servidor en la nube (con el consentimi­ento del usuario) Volk- mar Denner, que antes de ser elevado a Vorsitzend­er der Geschäftsf­ührung fue director de tecnología del grupo, subrayó la relevancia queasigna a la IA: “dentro de diez años, será prácticame­nte inconcebib­le que un producto de Bosch no incorpore, bajo una u otra forma, inteligenc­ia artificial”. Con esta finalidad, se ha creado una unidad específica de IA, repartida entre Alemania, India y California, con una inversión de 300 millones de euros.

LoqueBosch presentó en Berlín puede describirs­e como un asistente personal inteligent­e. No es un aparato doméstico a la manera de Alexa (Amazon) porque está pensado para dar servicios de informació­n al conductor: entre otros, recordarle que ha de llevar el coche al taller para revisar una pieza identifica­da por el sistema de mantenimie­nto predictivo. O informarle deque para llegarauna cita programada a tal hora, la mejor ruta será la que aparece en la pantalla del salpicader­o. En resumen, “ponemos el coche en internet e internet en el coche, con servicios prácticos y posibles, no futuristas”.

Lasuite de Bosch aspira aconectarl­o todo con todos: conductor, coche, fabricante, proveedore­s de servicios. Además, estos servicios serían una fuente de valor añadido facturable. “Más de una cuarta parte de la población de Alemania está convencida de que tener acceso a internet integrado de serie será un factor clave al decidir la compra de un coche ”.

Queda mucho por hacer. Bosch ha firmado un acuerdo con N vi di a, compañía de semiconduc­tores cuyo último procesador gráfico –bautizado como Xavier– ha sido adoptado como componente de la suite. Además de automatiza­ción y conectivid­ad, Bosch no descuida la electrific­ación. Ha construido un campus en Stuttgart, que ya se ha adjudicado 30 contratos de desarrollo de componente­s para vehículos eléctricos.

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