La sanidad en la era ‘wearable’
Tecnología Los dispositivos mantienen más informado al usuario sobre su salud y abren posibilidades a la industria farmacéutica y a los hospitales
El entorno de las Ciencias de la Vida, que aglutina la actividad hospitalaria, farmacéutica, biotecnológica y de tecnologías médicas, se está transformando con rapidez. La presión en precios por parte de los pagadores, unida al ritmo al que se introducen las innovaciones tanto en tecnología como en tratamiento, así como el esperado aumento de la cronicidad en los próximos años condicionan la estrategia del sector.
En este contexto, las empresas ganadoras serán las que pongan al paciente en el centro de su propuesta de valor, desarrollando soluciones terapéuticas holísticas en las que los fármacos se complementen con dispositivos que mejoren su efectividad, y parte de las herramientas necesarias para ello ya están entrando de forma natural en los hogares. Cada vez son más los usuarios de wearables, que monitorizan un número creciente de datos sobre nuestra salud. Estas nuevas tecnologías no solo convierten al usuario en un gestor más informado y activo en el cuidado de su salud, sino que abren un nuevo campo para que la industria farmacéutica y hospitalaria amplíe sus horizontes.
Un ejemplo es la alianza entre laboratorios especializados en diabetes con fabricantes de dispositivos para ofrecer soluciones que monitoricen los niveles de glucosa de los pacientes. Las firmas de Data Analytics también jugarán un papel esencial en el futuro de la oncología, en el que el análisis del historial genético de los pacientes contribuirá a mejorar la efectividad de los tratamientos.
Son muchas las oportunidades que tiene a su disposición la industria de las Ciencias de la Vida para mejorar la gestión de la salud en la próxima década. Sin embargo, el reto del sector pasa por conciliar este enorme potencial de innovación con la necesidad de que los productos que lleguen al mercado se ajusten a la creciente presión en precios aplicada por los pagadores.
Para ello, es imperativo que el foco terapéutico esté soportado por datos que demuestren que las innovaciones contribuyen de forma clara a la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Asimismo, en un cada vez mayor número de ocasiones, el sector debe abrirse a la posibilidad de alcanzar acuerdos de riesgo compartido que demuestren el compromiso de las empresas con la mejora real y tangible de la salud. Todo ello, en un momento en el que irrumpen con fuerza nuevos competidores, entre los que se encuentran start-ups con modelos innovadores y gigantes de software, como Apple y Alphabet.
Todas estas transformaciones auguran un futuro de cambios apasionantes para la industria de las Ciencias de la Vida; un futuro en el que los triunfadores serán aquéllos capaces de ofrecer servicios innovadores que incrementen ingresos al tiempo que generan mayor valor económico y clínico para el paciente.