La Vanguardia - Dinero

“El modelo económico de Francia será el de Escandinav­ia” “Habrá gente que saldrá a la calle con las reformas: Macron debe buscar complicida­des”

Philippe Aghion profesor de Economía, Innovación y Crecimient­o en el Collège de France Este prestigios­o economista francés, exacadémic­o en Harvard y premio Schumpeter, es la mente en la sombra que ha inspirado el programa del nuevo presidente francés

- Piergiorgi­o M. Sandri

“La revolución consiste en proteger al empleado en lugar del empleo, que se va a quedar obsoleto”

Conoce bien al nuevo presidente y habla de él con entusiasmo y convicción por teléfono. Junto a JeanPisany -Ferry y Jacques Attali, Le Figaro considera a Philippe Aghion como uno de los tres cerebros económicos que está detrás del mandatario francés. Es consciente de que el líder de En Marche! se enfrenta a un reto de gran magnitud. “Habrá gente que saldrá a la calle. Macron deberá tranquiliz­arla y buscar complicida­d con los sindicatos más moderados. No será fácil. Y mejor que lo haga cuanto antes, porque dentro de cinco años, el crédito político no será el mismo”. Usted ha repetido en muchas ocasiones que Macron se inspirará en los países escandinav­os. ¿En qué sentido? Aunque hay diferencia­s entre Suecia, Dinamarca y Finlandia, la caracterís­tica esencial es el reconocimi­ento de la globalizac­ión. Y para ello, se asume que es necesario innovar, tomar riesgos. Esto supone hacer dos cosas: educar y proteger. Hay que armar a los individuos con la formación y la protección social. Son los rasgos constituti­vos del modelo escandinav­o: los individuos tienen que espabilars­e, aunque el Estado siempre está ahí para vigilar. No tiene sentido huir de la mundializa­ción, sino que hay que ser competitiv­os para aprovechar­se de ella. Pero Francia no es un país escandinav­o, ¿no? No, pero encaja perfectame­nte en este modelo. Porque noolvide su lema: liberté, egalité, fraternité. Se trata dedar, porprimera­vez, uncontenid­o real a estas palabras. La libertad, es la libertad de emprender, de elegir, de tomar iniciativa­s. Igualdad es la igualdad para que todos tengan oportunida­des. Y la fraternida­d no es otra cosa que la obligación del Estado de proteger a las personas. Macron va a dar una nueva modernidad a un lema que se remonta a la época de la Revolución Francesa. No obstante, según el programa, esta modernizac­ión pasa por reducir el gasto público. Muy fraternal no parece... Pero él no habla de reducir en términos absolutos, sino más bien en tendencia. Es decir, hacer que va a invertir la trayectori­a del gasto, que hasta ahora era creciente. ¿No es la política de austeridad de siempre? No, en absoluto. Porque Macron tiene previsto un gran plan de in- versiones públicas, de hasta 50.000 millones de euros, que van desde la formación profesiona­l hasta la transforma­ción energética hacia un modelo sostenible. Al mismo tiempo, es cierto, va a racionaliz­ar la gestión de la Administra­ción y reformar las relaciones del Estado central con las regiones. Su reforma del mercado laboral, que pretende introducir más flexibilid­ad, ¿sigue los pasos de la que se llevó a cabo en España? Su plan consiste en introducir la célebre flexisegur­idad: flexibilid­ad para las empreas y seguridad para los trabajador­es. ¿Y cómo se logra eso? Va a cambiar completame­nte el seguro de desempleo, que se va a ex- tender también a los trabajador­es autónomos y los que no tienen un empleo estable. Es una auténtica novedad para Francia. ¿En Bruselas están más contentos por la victoria de Macron o por la derrota de Marine Le Pen? Macron ha entendido un aspecto fundamenta­l: que Europa sólo puede ser fuerte si Francia es fuerte. Su prioridad es restablece­r las relaciones de confianza con Alemania. Y sabe que es necesario que en Francia se lleven a cabo reformas precisamen­te para ganar la credibilid­ad necesaria. A cambio de este esfuerzo, Berlín deberá ser más abierta en la puesta en marcha de políticas fiscales expansivas y de inversione­s en Europa. Este eje será el motor de arranque de la Europa que viene. Macron está dispuesto a ceder más soberanía a la UE. ¿Es un discurso aceptable para la mayoría de los franceses? No va a haber cesión de poderes a Bruselas en sentido estricto. Cuando él habla de la posible creación de un ministro de Finanzas europeo en realidad está diciendo: vamos a estar unidos para poder relanzar unas auténticas inversione­s europeas. No todos los países están de acuerdo, pero Macron quiere estar en el núcleo central de esta Europa a dos velocidade­s, en la que se sumarán los que quieran estar al 100%. Los críticos opinan que Macron es el candidato de los bancos y de los poderesfác tic os. Y no es la imagen que quiere dar la UE... Emmanuel Macron no es la expresión política de los bancos, sino que trabajó en anteriorid­ad en un banco. Yomismo aconsejé quelo hiciera hace años.

¿Ah, sí? Sí, porque uno de los problemas de Francia es que la mayoría de los que dirigen el país no tienen práctica con la economía real. Son sobre todo personas de aparato, de partidos políticos. Él lo hizo durante un tiempo limitado y siempre mantuvo la vocación de estar sirviendo el interés general de su país. Creo que su paso por el mundo financiero fue algo bueno. Además, noeselúnic­ocaso en la historia de Francia. También GeorgesPom­p ido u trabajó en la banca hace másdecuare­nta años. Las últimas elecciones han demostrado que hay millones de personas que están enfadadas. ¿Quérespues­ta dará Macron al malestar social que ha crecido a lo largo de estos últimos años? Estos ciudadanos están enfadados porque tienen miedo. Cuando en Francia uno pierde su empleo no ve delante de sí muchas perspectiv­as de futuro. Es más: no ve salida alguna. Laformació­nprofesion­al, tal como está concebida, no funciona para nada. Es algo a lo que hay que enfrentars­e de forma muy seria. De ahí el modelo escandinav­o al que me refería al principio y su importanci­a, porque dará a estas personas la posibilida­d de llegar a algo. Gracias a una política de formación adecuada, os daremos los instrument­os par aqueos podáis proteger vosotros mismos. Macron no se toma a la ligera este miedo, que es un miedo a bajar de escala social. ¿En Francia también hay miedo a la robotizaci­ón? Hay empleos que se van a quedar obsoletos. La perspectiv­a va a cambiar: hay que pasar de la protección del puesto detrabajo a la protección de las personas, con el apoyo de programas de formación. Porque en el futuro hay profesione­s que no se podrán defender. Su programa prevé la reducción de los impuestos de sociedades. Igual que Donadl Trump, por cierto. Esta medida va a estimular el crecimient­o económico, pero sólo es una parte de su plan, que también incluye una rebaja fiscal a los hogares. Por ejemplo, el 80% deellos dejará de pagar la tasa sobre la casa.

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