Ráfagas Pere Prat Jurado del Coche del Año en Europa Redonda simbiosis

Definida como una asociación de organismos o personas, en la que cada una de ellas ayuda al otro según sus cualidades o circunstancias propias, la simbiosis es el ejemplo perfecto de colaboración. Y aunque hace unos meses podía parecer que el Automobile Barcelona estaba destinado a ser un invento un tanto forzado por la tendencia a la baja que están experimentando los salones internacionales del motor, el fantástico evento que se clausura hoy en Montjuïc ha dado la razón a los responsables de Fira Barcelona, que han apostado por cargar de nueva sustancia un acontecimiento festivo que cuenta con profundas raíces en la capital catalana.

En la redonda transición que va desde el Salón Internacional del Automóvil, el tradicional evento que se celebraba anteriormente, hasta el moderno Automobile Barcelona, que ha nacido este año, se han ganado muchos enteros en términos de contenido y reconocimiento mundial. La celebración de un interesante congreso previo, en el que se debatió sobre materias tan candentes como la conectividad, la conducción autónoma, la movilidad ecológica y la transformación digital de la industria del motor, ha servido este año para que el acontecimiento se postule como el nuevo camino a seguir por todos los demás salones sobre ruedas que se celebran en otras ciudades del planeta.

También ha vuelto a ser todo un éxito el Motorshow, la convencional exposición de coches que agrupa cada dos años en el recinto ferial de Montjuïc a la gran mayoría de novedades sobre ruedas que desembarcan en el mercado español. Entre las marcas que han asistido a la cita, la que ha galvanizado mayor flujo de visitantes ha sido Seat, que confirma una vez más su compromiso con Barcelona, y que ha iniciado la venta de la quinta generación del Ibiza coincidiendo con el Automobile. Faltaron a la cita algunos fabricantes importantes, pero el mérito cosechado este año debería ejercer como argumento de reflexión para recuperar su presencia en el 2019.