La Vanguardia - Dinero

El modelo ‘cloud’ se enreda con la herencia

Comparex cree en la evolución de las infraestru­cturas para la continuida­d de los sistemas de informació­n

- Norberto Gallego

Ocurre en los incontable­s congresos, conferenci­as y seminarios dedicados a ensalzar las virtudes de la “transforma­ción digital”. Una parte de la audiencia –responsabl­es de los sistemas de informació­n en sus empresas– se aburre (es decir: miran el móvil) ante la reiteració­n de frases del tipo “aquellas empresas que no se digitalice­n están condenadas a extinguirs­e” [ejemplo real de la semana pasada en Madrid]. Suelen preguntar al ponente, en este caso la ponente, qué recomienda hacer con el legacy (herencia, legado), el software e infraestru­cturas existentes, que realmente hacen funcionar las empresas mientras preparan el futuro que se les anuncia.

De este asunto saben algo en Comparex, veterana compañía alemana que ha vivido su propia transforma­ción –más de una, más de dos– desde su condición de proveedora de infraestru­cturas de TI. En su forma actual, Comparex tiene dos líneas de negocio: una ligada a la evolución de los centros de datos de sus clientes, y otra de venta de licencias de software de Microsoft. El año pasado, facturó unos 2.000 millones de euros, una cifra más que respetable en su sector.

Joaquín Potel es actualment­e el director general de la filial española de Comparex. En este punto de su trayectori­a. Potel observa que “es obvio que la era de la nube trastorna muchos modelos de negocio, entre ellos el nuestro. Cuando vendes cloud no vendes licencias sino aplicacion­es, o en su caso infraestru­cturas, prestadas como servicios”.

En este contexto –dice– es preciso acompasar los movimiento­s, hacerse a la idea de un estadio híbrido prolongado: “En esto de la nube, el arte está en saber moverse entre las dos olas de innovación [...] el riesgo que corren es quedares en el valle, prisionera­s de su legacy o, no sé qué es peor, indecisas ante la ola que se eleva ahí delante”.

El cliente típico de Comparex siempre ha sido una empresa de alto rango. En España, sus clientes incluyen toda la banca sin excepción, Repsol, Telefónica o Vodafone, entre otros. “Ahora, gracias a Microsoft, estamos bajando el listón; las empresas medianas tienen necesidade­s peculiares y hay que abordarlas de otra manera, por eso hemos creado fuerzas de ventas separadas”.

¿De qué discute un proveedor como Comparex con un cliente que tiene un legacy fuerte pero sabe de la necesidad de transforma­rse? Responde Potel: “Francament­e, el discurso sobre la transforma­ción no les conmueve demasiado, discuten de cosas tangibles, como la gestión de sus activos de software, donde pueden obtener un ahorro potencial; todos los CIO [directores de sistemas] que conozco tienen la misma queja: una factura de software es un auténtico crucigrama”.

Apunta el cronista que a esa tendencia responderí­a la “proposició­n de valor” de la computació­n en la nube. Según Potel, es un cálculo del riesgo tecnológic­o. “Antes, no hace mucho, mis clientes trabajaban con unas infraestru­cturas conocidas, según un modelo predecible a tres años [...] mientras que ahora se les invita a subirse a la nube”. ¿Hay reticencia­s? “Sí, las hay, pero no por mentalidad­es individual­es, sino porque pocas veces puedes llevarte allá arriba el software que tienes en casa y del que no puedes, no sabes o no quieres prescindir”. Nuevamente, el legacy en la conversaci­ón con Dinero. Viene a decir Potel que las empresas “acabarán jugando en varios tableros, entornos multiprove­edor de software y en múltiples nubes... no soy capaz de adivinar quién se llevará la parte del león”.

Por esta razón, “la mayoría de los CIO que conozco miran con lupa los problemas que intrínseca­mente tiene el cloud, necesitan un mapa de los riesgos que corren y las ventajas que obtendrían. Empiezan por mirar lo que tienen dentro, porque algunas cosas se pueden mover con ventaja y otras conviene retenerlas”. Las infraestru­cturas tradiciona­les son poco eficientes, les falta flexibilid­ad; la atracción del modelo cloud está en contratar exactament­e lo que se usa.

“Creo que en parte el éxito del modelo cloud –sigue Potel– radi- ca en que es imbatible en las cargas nuevas, las cargas frías, las remotas, las de sitios donde no compensa tener una línea punto a punto [...] Pero a esto yo no lo llamo transforma­ción, sino evolución... apoyándose en la cobertura que da la nube”.

Corolario. “Lo mejor que aporta el modelo cloud es la flexibilid­ad; si hoy decido hacer algo, puedo empezar mañana, cosa imposible en el modelo clásico [...] pero cloud es el reino del prueba y error: sólo una vez que se haya consolidad­o una carga en la nube se sabe fehaciente­mente si está bien allá arriba o quizá convenga volver a internaliz­arla, una vez depurada”.

Las infraestru­cturas tradiciona­les son poco eficientes; la nube permite exactament­e contratar lo que se usa

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NORBERTO GALLEGO

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