Los efectos del Brexit ya están aquí
Pérdida de poder adquisitivo, frenazo al boom de los alquileres en Londres... Reino Unido nota ya el Brexit
Los votantes –como bien saben los políticos de todas partes del mundo– nunca admiten haberse equivocado. Y la Gran Bretaña del Brexit no es una excepción. La gente acepta que va a tener que pagar un precio económico, incluso severo, por la salida de la Unión Europea, y se da cuenta de que hubo muchas mentiras y falsedades en la campaña, pero si se repitiera el referéndum volvería a salir el mismo resultado, incluso por mayor margen de diferencia. Se ha creado una mentalidad de asedio en un país acostumbrado a ganar las guerras. Nosotros solos contra los Veintisiete en una batalla épica. Sangre, sudor y lágrimas, como decía Churchill.
Todavía estamos en la fase de precalentamiento, porque la ruptura con la UE no se ha ejecutado (acaba de empezar a correr el reloj en el plazo de dos años contemplado por el tratado de Lisboa para cortar los vínculos), el Reino Unido sigue en el mercado único y la unión aduanera, y las importaciones y exportaciones se rigen por las mismas reglas de siempre, de modo que de momento no puede haber un impacto masivo del Brexit sobre la eco- nomía del Reino Unido. Pero el bolsillo de los ciudadanos empieza a notarlo.
El efecto más claro es la inflación, y su influencia sobre el coste y calidad de vida. Los precios de la alimentación, por ejemplo, llevan meses subiendo poco a poco, y eso que los supermercados han intentado mantenerlos a raya para proteger sus cuotas de mercado, asumiendo la mayor parte de la diferencia. El motivo de la tendencia inflacionista es el debilitamiento de la libra esterlina. Importar cuesta más, y antes o después el consumidor lo paga.
En marzo los precios se incrementaron un 2,3% respecto al