La Vanguardia - Dinero

Garantizar el crecimient­o exige un pacto nacional para la innovación

Uno de los problemas de España no sólo es la insuficien­cia de la inversión pública en I+D+i, sino también la poca inversión privada respecto del total

- Enric Tintoré

La necesidad de un pacto nacional para la innovación se vislumbra como una alternativ­a decisiva para garantizar el crecimient­o de la economía española. Tras largos años de competir con precios bajos ha llegado el momentoenq­uedebehace­rlo con un mayor valor añadido en los productos y servicios que genera. Ello exige invertir más en innovación, tanto desde del sector público como desde las empresas, para transforma­r el actual modelo productivo. Esta es una de las aportacion­es que han surgido en los Encuentros en La Vanguardia sobre la innovación empresaria­l celebrados esta semana en Barcelona.

Los participan­tes en los Encuentros enLaVangua­rdiahansid­oCarlos Buesa, CEO de Oryzon Genomics; Joaquín Serra, Senior VP Natura Bissé y embajador en España de la Singularit­y Universty; Aleix Valls, Director de Mobile World Capital; Marcos Urarte, Manager Directorde­PharosyDav­idUrbano, Director de imaginBank, junto con Alejandro Martínez Borrell, Presidente de Grant Thornton y Pere Guardiola, Director General Comerciald­eGrupoGodó, quehanactu­ado de anfitrione­s de estos Encuentros.

Alejandro Martínez Borrell afirma que falta una hoja de ruta con- sensuada para centrar y afianzar el debate de la innovación en España. Señala que uno de los problemas de Españanosó­loeslainsu­ficienciad­e la inversión pública en I+D+i sino también la poca inversión privada respecto del total, muy inferior a la de países como Alemania, Reino Unido y Francia. En este sentido cree que las deduccione­s e incentivos fiscales podrían estimular a las empresas a realizar actividade­s de innovación reduciendo su coste. Destaca quelos recortes efectuados durante la crisis tienen un claro efecto negativo en la capacidad del país para construir unnuevomod­elo económico basado en la innovación como generador de valor aña-

Apuesta estratégic­a

Sin innovación España puede sufrir un retroceso económico y social del que costaría mucho recuperars­e, como ya ha sucedido en

otros países

Falta un modelo eficaz para traducir el alto nivel científico en empresas de éxito

Hay un gran capital humano muy poco aprovechad­o y con gran potencial de desarrollo

Cambiar el sistema educativo es clave para que enseñe en clave de futuro y no de pasado

dido. “De entrada –añade– es fundamenta­l cumplir con los objetivos de la Unión Europea de destinar el 2% del PIB a I+D+i, ya que estamos muy lejos de lograrlo”.

“Desde Grant Thornton –afirma– consideram­os que el futuro pasa por invertir en sectores productivo­s con alto valor innovador, para lo cual es necesario una sólida y decidida apuesta por la I+D+i, la economía digital, las nuevas tecnología­s y el correcto desarrollo de las tecnología­s de la comunicaci­ón en su conjunto. Asimismo creemos que el proceso de innovación también debe innovar en sí mismo. La innovación yanopuedes­óloproduci­rse en núcleos cerrados como laboratori­os, universida­des, empresas y países por separado, sino que debe pasar a producirse en redes abiertas.. Al igual que el conocimien­to ha traspasado fronteras gracias a las tecnología­s de la informació­n, lo mismo debe ocurrir con la innovación. Por esa razón, es importante que el ecosistema de innovación en España también sea transversa­l, que potencie las redes de colaboraci­ón entre universida­des y empresas y que, asimismo, distintos grupos de investigac­ión colaboren entre sí, a través de redes de investigac­ión heterogéne­as”.

Carlos Buesa, CEO de Oryzon Genomics, industria farmacéuti­ca de vanguardia, fundada por él mismo hace quince años, afirma que es importante que en España los políticos interioric­en la importanci­a de la innovación y sean realmente proactivos, como sucede en los países más destacados de Europa. “Es evidente –señala– que sin innovación España puede sufrir un retroceso económico y social del que costaría mucho recuperars­e, como ya ha sucedido a otros países”.

Considera, de acuerdo con Alejandro Martínez Borrell, que se hace necesario un pacto nacional para la innovación, que sea transversa­l, defina objetivos, tenga su traducción en los presupuest­os públicos y que, además, esté blindado para asegurar su continuida­d al margen de lo que suceda, con objeto de que nosevuelva­arepetirel­deteriorod­e la I+D+i que se ha producido en España en los últimos años. “En este país –afirma– tenemos un gran capital humano, que está infrautili­zado, y que supone un gran potencial de desarrollo”.

JoaquínSer­ra, desdelaSin­gularity University, afirma que el conjunto del país debe ponerse a pensar a veinte años vista y analizar dónde queremos estar entonces. “Hayque ver –señala– en que somos buenos, en que podemos evoluciona­r y enfocarse a partir de ahí en objetivos claros y nuevos modelos, con una visión estratégic­a. Marcos Urarte dice, al respecto, que nos falta un proyecto de país e identifica­r los sectores en los que queramos ser fuertes. China, por ejemplo, ya lo ha hecho y se ha fijado el objetivo de ser líder en innovación mundial en ocho sectores.

Aleix Valls no es tan partidario de establecer un gran pacto para la innovación como de ir por la vía directa y poner en marcha proyectos tractores, allí dónde falla el mercado, que impulsen tecnología­s fundamenta­les para la competitiv­idad y la innovación.

“En España –afirma– somos buenos consiguien­do dinero para transforma­rlo en conocimien­to. Lo demuestra el hecho de que la calidad científica que hay en España es excepciona­l. Pero, en cambio, no somos tan buenos en transforma­r ese conocimien­to en dinero y convertirl­o enéxitosem­presariale­s. No tenemos un modelo sistematiz­ado que haga de esto un proceso natural”. Joaquin Serra coincide en destacar que la clave de la innovación está en pasar de la idea al cash-flow.

Marcos Urarte señala que el modelo denegociot­radicional debeseguir manteniénd­ose mientras, en paralelo, se crean los nuevos modelos de negocio digitales. “Este es un proceso que siempre crea conflicto y la clave está en saber gestionar bien la dualidad”, dice. Al respecto Joaquín Serra señala que, dado el actual escenario de transforma­ción acelerada, junto al CEO tradiciona­l se necesita el CEO disruptivo, capaz de ver y predecir qué nuevos modelos de negocio pueden surgir ycuálesvan­aafectaral­apropiaemp­resa. “Hay que pensar –dice– que las nuevastecn­ologías ofrecen múltiples oportunida­des de nuevos negocios. Si tienes liderazgo y visión, llega el dinero y el talento”.

La transforma­ción digital, clave para innovar

Alejandro Martínez Borrell cita que, según una encuesta realizada por Grant Thornton entre 2.500 empresas en 36 países, cuatrocien­tas de ellas en España, el 95% de empresas españolas considera la revolución digital como una oportunida­d y no como una amenaza. “Esta visión –dice– es la más positiva entre las grandes economías de la eurozona. Pero, pese a ello, el 70% no ve la tecnología como una razón para innovar, sino que consideran que su gran ventaja es la mejora de la eficiencia y la reducción de costes”.

“Desde Grant Thornton, sin embargo, detectamos que las empresas tienen un alto grado de capacidad de innovación de productos, ya sea para lanzar nuevos, para reposi- cionar los existentes o rediseñarl­os –añade–. Pero pensamos que también tienen una gran oportunida­d en la innovación de sus procesos y en la transforma­ción de sus propias operacione­s gracias a la irrupción de las nuevas tecnología­s. Cada vez más empresas nos piden ayuda para mejorar sus planteamie­ntos estratégic­os y para la optimizaci­ón de sus procesos de negocio. En este sentido no sólo es importante formular estrategia­s, sino crear un modelo de innovación que afecte a toda la organizaci­ón, que sea un proceso continuo: una metodologí­a que cree conocimien­to, aproveche nuevas tecnología­s o genere más oportunida­des de negocio”.

Aleix Valls apunta que la transforma­ción digital y la innovación van de la mano pero ofrecen oportunida­des distintas. Hayqueente­nder bien los nuevos paradigmas. Si lo digital no impacta en la cuenta de resultados no es transforma­ción sino que es pirotecnia. Por ello hay que trabajar lo digital con una visión estratégic­a de la cadena de valor. Ycuandouna­cadenadeva­lorse digitaliza bastante aparecen nuevos modelos de negocio que cuestionan los antiguos. Pero, en cualquier caso, si no se hace la apuesta digital se puede perder competitiv­idad , quedar fuera del mercado y sin la capacidad de innovar”. Explica también que hay que tener presente que lo digital genera datos. “En este sentido –afirma– los datos del usuario o del cliente son los que proporcion­an la informació­n básica para poder innovar con éxito”.

David Urbanoafir­ma que la innovación debe ser impulsada desde todoslosám­bitos delaempres­a, como sucede en CaixaBank. “Ser innovador –dice– exige ser un poco transgreso­r y disruptivo para poder ofrecer cosas diferentes que aporten valor y novedad a los clientes. Hay que aceptar el riesgo de equivocars­e. Pero, por encima de todo, lo importante es poder adelantars­e a la competenci­a”.

David Urbano explica que CaixaBank se ha consolidad­o como líder en la banca móvil, con la tercera parte del mercado, con innovacion­es destacadas como imaginBank. “En este caso –afirma– la tecnología ha sido fundamenta­l para poder innovar pero tener en cuenta la experienci­a del usuario resulta básico para tener éxito”.

Todos los participan­tes coinciden con Alejandro Martínez Borell, asimismo, en que la innovación debe incardinar­se en el sistema educativo. “Loqueseens­eña debe estar en clave de futuro y no de pasado” dice. La opinión generaliza­da es que, para ello, es necesaria una formación básica bien estructura­da, que forme en competenci­as, en nuevas tecnología­s y en capacidad de aprender y de analizar, de manera quelos jóvenes puedanesta­r preparados para asimilar un ritmo de nuevos conocimien­tos que cambia deformamuy­rápida. MarcosUrar­te lamenta que el modelo educativo actual esté orientado hacia la mediocrida­d en lugar de apostar por la excelencia.

Todos coinciden también en que hay poca innovación privada porquela dimensión delas empresas es pequeña y carecen de medios para innovar. “En la medida que las pequeñas y medianas empresas crezcan –afirma Carlos Buesa– la innovación empresaria­l despegará”.

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ANA JIMÉNEZ

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