En el palco del Bernabéu
El colectivo Sansón Carrasco pide reforzar las instituciones para acabar con el capitalismo clientelar
El capitalismo clientelar perjudica a la productividad, al crecimiento y a la innovación
Le llaman capitalismo de amiguetes, crony capitalism e incluso capitalismo del palco del Bernabéu. O, capitalismo cliente lar, como prefieren los autores de este libro, agrupados bajo el seudónimo colectivo Sansón Carrasco, el nombre del bachiller que se disfrazaba de caballero andante para llevar de vuelta a casa a DonQuijote. Son ungrupo de notarios, abogados y catedráticos de Derecho que alertan de los efectos negativos ylas ineficiencias para la productividad, el modelo de crecimiento económico y la innovación que este capitalismo produce –nosonlas empresas máseficientes sino las mejor relacionadas las que triunfan en el mercado– y por eso analizan los instrumentos de los que se sirve este clientelismo en España y por qué las instituciones son incapaces de frenarlo. Un capitalismo clientelar que es el reverso íntimo, afirman, de una democracia de baja calidad.
Daron Acemoglu y James A. Robinson han convertido ya en una referencia inexcusable su ensayo Por qué fracasan los países. Analizando las causas de la pobreza en los países subdesarrollados, han concluido que el problema principal no es la geografía o la cultura sino estar gobernados por unas reducidas élites extractivas que buscan su beneficio a costa del resto de la sociedad.
El sistema económico capitalista, señalan los miembros del colectivo Sansón Carrasco, funciona razonablemente bien si está soportado por un adecuado entramado institucio- nal que permita tener la seguridad de que el esfuerzo y la eficiencia serán recompensados y que se corregirán los fallos del mercado estableciendo normas que favorezcan la competencia e impidan la injusticia. Al revés: una de las principales distorsiones se origina cuando los actores del capitalismo prosperan al capturar ese entramado institucional por tener el favor de los que aprueban las normas o dirigen las instituciones. En España, destacan, las cúpulas de los partidos políticos colocan a sus leales en los organis- mos de la competencia aun sin la preparación necesaria. Luego, muchos políticos se reenganchan en consejos de administración de empresas energéticas mientras la energía sigue encareciéndose.
Ciertamente, son los sectores más regulados donde el riesgo de captura del regulador es mayor: energía, tele comunicaciones, construcción, banca ... Recuerdan que todo el sistema jurídico favorecía a las entidades financieras antes de la crisis y eso incentivó la concesión de crédito irresponsable. Eso, desahucios mediante, ha dado alas al florecimiento del populismo.
De todos modos, concluyen, la debilidad institucional facilita que la extracción se produzca en casi todos los sector es, y ven urgente en España reforzar las instituciones: las reglas de juego que incentivan o penalizan comportamientos y estructuran los incentivos de los intercambios políticos y económicos. Desde regular los lobbies a evitar la financiación irregular de los partidos. Desde el control de las puertas giratorias a un cambio en la cultura de un país en el que se considera mucho más importante a quién conozcas que lo que conozcas.