Unicornios, ¿especie en extinción?
La mitad de las empresas que valen más de 1.000 millones no superan este valor, según un estudio de Stanford
Sólo hay 200 unicornios en el mundo y, encima, Stanford dice que están en extinción: sólo la mitad lo son de verdad. Esta universidad de Estados Unidos no se refiere a los animales mitológicos, sino a lo que en economía se conoce como empresas que no cotizan en bolsa y que tienen un valor de más de1.000 millones dedólares. Uber, Airbnb, Spotify son algunos ejemplos. Precisamente, la inversora norteamericana Alieen Lee ideó en el 2013 el término unicornio inspirándose en la singularidad o rareza que define a estos animales.
Así que desde hace cuatro años los unicornios rondan por los mercados. Los hay que ya han salido a bolsa –Snapchat, Alibaba, Twitter– y otros que han sido adquiridos por compañías más grandes –Linkedin (Microsoft), WhatsApp, o Instagram (Facebook)–. Desde entonces, el ambiente por donde se mueven –Silicon Valley, principalmente– ha vivido una euforia en todos los sentidos. Las start-ups se han convertido en el actor del mercado más innovador o disruptivo (como dicen en su jerga) y ha atraído todas las miradas de los inversores, ansiosos por pellizcar un pedazo de los beneficios de estas empresas.
El curso habitual es que las grandes start-ups, después de un tiempo de estar apoyadas por los inversores de capital riesgo (de venture capital, en inglés), salgan a bolsa o sean adquiridas por otra empresa. Pero los profesores que han elaborado el estudio –Will Gornall e Ilya A. Strebulaev– explican que el auge que vive el sector inversor ha llegado hasta el punto de que muchas de ellas, como es el caso de Uber, Aribnb o Pinterest, aplazan estas operaciones más tiempo del habitual o directamente no contemplan la opción. En el mercado privado notienen tantas obligaciones (publicar las cuentas, por ejemplo) ni les falta inversión, mientras que en bolsa corren el riesgo de no tener la misma suerte (Twitter).
Así, las ventajas que da el capital riesgo a las empresas y el interés de los inversores para estar presentes en las firmas más innovadoras del mundo ha provocado que el sector esté en auge y que, de rebote, las valoraciones de las empresas –que de terminan la importancia que tienen en el mercado–suban por encima del precio real.
Una práctica que lo propicia, dice el estudio, es la tendencia a valorar las empresas sólo a partir del precio de la acción de la última ronda de inversión. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de una compañía convencional, las startups pueden tener hasta 8 tipos de acciones con derechos económicos y políticos diferentes, que varían según la fase de crecimiento en que se encuentran y el sector en el que operan. Así, la sobrevaloración de las empresas es resultado de igualar el valor de todas las ac- ciones con el de la última ronda de inversión. Yeso, claro, nopasaríasi los inversores hicieran una media del valor de las diversas acciones.
Por eso, el estudio concluye que todos los unicornios están sobrevalorados, en mayor o menor medida, y que la mitad no lo estarían, es decir, no superarían el valor de los 1.000 millones de dólares. El ejemplo más escandaloso es el del norteamericano Square, especializado en software para tarjetas de crédito. Los inversores lo valoraban en 6.000 millones de dólares y, en cambio, la bolsa en 3.000 millones. Con su modelo, los profesores calculan que la empresa valdría en torno a los 2.200 millones.
Lo mismo sucede con el unicornio SpaceX, fundado por Elon Musk, quien también está detrás de Tesla o PayPal. Su valor sería un 65% inferior. Y, por ejemplo, los dos más grandes, Uber y Aribnb, valdrían un 12% y un 15% menos, respectivamente. En algunos casos, la sobrevaloración es pequeña, se encuentra entre el 10% y 20%, mientras que en otros llega a doblar el valor. La media, asegura el estudio, se encuentra en inflar el valor en torno al 48%.
El auge del capital riesgo provoca que las grandes ‘start-ups’ prefieran el mercado privado que la bolsa El valor se hincha porque sólo se tiene en cuenta el precio de la acción de la última ronda de inversión