Estados Unidos como precedente
La excesiva demanda para invertir y las consiguientes malas prácticas hacen pensar, pues, que el sector vive una burbuja que en algún momento tendrá que estallar. Jaume Puig, director general de la gestora de fondo GVCGaesco apunta que el sector tecnológico efectivamente vive una burbuja, pero que en ningún caso es tan desorbitada como la vi vida hace casi veinte años con las puntocom. “El exceso de dinero en los mercados, los bajos tipos de interés y el auge del capital riesgo, especialmente enEstadosUnidos, hanpropiciado que haya mucho capital para invertir en start-ups hasta el punto de que haya verdaderas subastas para entrar en estas compañías. Pero las valoraciones, aunque están infladas, no son desorbitadas. En general, son más fundamentadas, másajustadas a su precio justo o real, porque la mayoría de unicornios nacieron hace diez años y ahora, aunque no generen beneficios, ya tienen un modelo de negocio consolidado”.
Luis Martín Cabiedes, inversor de capital riesgo y profesor del Iese, añade que los unicornios son el máximo exponente de las burbujas que vive el mundo de las start-ups. “Hay mucha liquidez en el mercado, existen malas prácticas– como esta de diferencia r tipos de acciones– que hinchan artificialmente los valores y, además, se crean demasiadas start-ups, que a menudo no aportan ningún valor añadido. Un síntoma, por ejemplo, es el número creciente de incubadoras”. La solución, apunta, no es otra que acabar con esta mala praxis y saber reconocer alasst ar t-ups que no crean valor.
Encualquiercaso, los unicornios son empresas únicas en el mercado. La consultora tecnológica CB Insights contabiliza 210 enel mundo. Más de la mitad (107) se encuentran en Estados Unidos, seguido deChina(54), queacapara el 25% del total, y Europa, con el 10%.
El liderazgo de Estados Unidos no sorprende. “Es un mercado con mucho dinero y mucha población. Tiene 500 millones de habitantes, lo que facilita la introducción de golpe de las nuevas tecnologías. Es un mercado integrado”, explica Josep Lluís Sanfeliu, socio del fondo de capital riesgo Ysios. Además, añade Puig, “Estados Unidos tiene mucha cultura inversora, marcada por los mercados (privados o bursátiles) y no por la banca. Justo lo contrario de Europa. Por eso, el Viejo Continente, a pesar de tener riqueza, no es puntero en este ámbito. Falta cultura inversora pero también tecnológica. Todo va más despacio”. Por países, destacan el Reino Unido, con 9 unicornios, Alemania (4), Francia, Suecia y Suiza. España, actualmente no tiene ninguno. Cabiedes apunta que había tenido Gowex, que fue un fraude, y que próximamente podría tener Cabify. China, en cambio, se ha puesto las pilas para encabezar la lista a base de repetir los pasos de Estados Unidos. Ha creado Shenzhen, su Silicon Valley, y empresas tan potentes como la marca de móviles Xiaomi y la empresa de comercio electrónico Alibaba.
Sinembargo, si algotienenencomún todos los unicornios, sean de donde sean, es la tecnología, su gran activo. Según CB Insights, el 17% se dedica al comercio electrónico, seguido del ámbito del software (13%), las fintech, el ámbito sanitario y la economía on demand. Todas demuestran que el mundo camina hacia la tecnología, pero como explica Stanford, haría falta que sus pasos fueran en firme, no en falso.
La elevada liquidez, las malas prácticas y la creación de oferta sin valor son los motivos de la burbuja