CONOCIMIENTO, INDEPENDENCIA Y DIVERSIDAD
Que un premio sepa distinguir en cada edición a autores y obras perdurables es un hecho excepcional y no casual. Para ello es necesario un jurado independiente, capaz de reconocer la excelencia y cuyo criterio no dependa de modas ni de éxitos. Ni de una preselección anónima donde podrían haber quedado eliminadas las mejores obras, lo cual es frecuente y lamentable. Y también es preciso que sus miembros sumen conocimientos complementarios y representen todas las opciones posibles de esa disciplina artística o literaria. Lo cual es garantía de diversidad y evita la caída en el sectarismo, ese que excluye a todos los que no son “uno de los nuestros”.
En el Saló del Cómic de Barce- lona se dieron esos requisitos ideales entre 1988 y 1998, antes de que los premios se volvieran populares y gremiales. Los jurados compuestos por críticos y autores muy distintos y complementarios supimos distinguir con el premio “Revelación” a autores que luego se han considerado excelentes (Calpurnio en 1993, Mauro Entrialgo en 1994...), mientras que las posteriores votaciones gremiales no han sabido reconocer a nuevos talentos como Olaf o Brieva, ni tampoco veteranos, como los geniales Guillem Cifré y Micharmut. También en el arte contemporáneo es necesario aplicar esos criterios de excelencia y diversidad. En este sentido, me parece que la segunda gran exposición de Bill Viola en el Guggenheim Bilbao pone en evidencia al Macba.
(Continuará)