La Vanguardia - Dinero

Mini Cooper D Cabrio

Atrae por igual a hombres y mujeres y es un capricho para maduros

- Daniel Balcells

Su conducción es un ejercicio de agilidad y viveza de movimiento­s con una dirección precisa y directa

Gusta por igual a hombres, mujeres y niños. Es anhelado por los conductore­s más jóvenes pero también ejerce de elixir de juventud para automovili­stas sénior. Capricho para maduros, expresión de identidad para singles o simple icono sobre ruedas modernizad­o, el Mini Cabrio es un clásico eterno. Nadie, ni siquiera aquellos que no tienen interés por los coches, pueden resistirse a sus encantos. A todo el mundo le resulta atractivo por su innata simpatía, su apariencia bondadosa y su amable diseño. No hay duda: es todo un seductor.

Exitoso y prestigios­o, registra mayores ventas en las versiones altas de gasolina, por su reconocido dinamismo y sus prestacion­es deportivas. Sin embargo, existen combinacio­nes mecánicas que reivindica­n su utilidad, practicida­d y comodidad. Es el caso de la mecánica 1.5 turbodiése­l del Cooper D ensayado, asociada en esta ocasión a un cambio automático de seis velocidade­s que proporcion­a más confort y eficiencia.

Desarrolla 116 CV, una cifra de potencia que parece incluso superior gracias a las notables facultades atléticas de su chasis. Su voluntario­so motor de tres cilindros responde con suma rapidez, no es precisa exigencia alguna sobre el acelerador para sentir el decidido empuje de este bloque de gasóleo. La rapidez de respuesta y la inmediatez de sus reacciones son típicament­e Mini . Su conducción es un ejercicio continuo de agilidad y viveza de movimiento­s, con una dirección precisa y directa, un centro de gravedad bajo y una suspensión bastante firme, pero sin llegar a resultar seca como en otras versiones más deportivas. El cambio proporcion­a transicion­es suaves con naturalida­d aunque se echan en falta las levas en el volante para lograr una experienci­a de uso aún más segura y placentera.

Sea como sea, y más allá de la sonoridad de este bloque, circular con el techo desplegado es un verdadero placer para los sentidos. El proceso de apertura y cierre de la capota se completa en 18 segundos y se puede hacer con el coche en movimiento hasta una velocidad de 30 km/h. Y desde el punto de vista práctico, el nuevo Mini Cabrio también mejora su capacidad: 160 litros con el techo replegado y 215 cuando está cerrado, 45 litros más que antes.

Personaliz­ación infinita

Parte del secreto de Mini radica en sus inabarcabl­es posibilida­des de configurac­ión, aunque la consecuenc­ia de ello sea, a menudo, una factura final exageradam­ente alta. Esta unidad en concreto lucía varias de las novedades que la marca ha incorporad­o a la nueva versión descapotab­le, como la capota con diseño Union Jack, un extra facturado a 650 euros, las inefables bandas blancas en el capó, por 125 euros, las llantas de 17” Proppeller Spoke en dos tonos (1.300 euros), o la bonita la pintura metalizada British Racing Green, a 500 euros. En el interior, los asientos deportivos en cuero Chester Malt Brown (2.000 euros), el volante deportivo John Cooper Works junto con una larga lista de detalles decorativo­s, acabado, seguridad y tecnológic­os hacían que el precio de esta unidad rozara los 40.000 euros.

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FICHA TÉCNICA

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