Turquía, a prueba de golpes
En la última década la economía turca se ha consolidado como un gigante exportador que aspira a repetir el milagro de Corea del Sur
Son muchos los que identifican Estambul con el Gran Bazar o el Bazar de las Especias. Sin embargo, los quince millones de estambulíes hace años que dieron la espalda a esos templos del turismo en favor de asépticos centros comerciales –como el que fuera el mayor de Europa, Cevahir- donde las lánguidas bocanadas del narguile han sido derrotadas por la agitación del consumo. En el distrito financiero de Levent se levantan varios, a veces pared con pared, a la sombra de algunos de los edificios más altos de Europa. Porque aquí la fiebre constructora nunca llegó a enfriarse, mientras que el motor económico –tras un mediocre 2016- vuelve a acelerar, demostrando que Turquía es un vehículo a prueba de golpes.
Algunos complejos comerciales, como el sinuoso y semiabierto Kanyon, son hasta hermosos. Y si se esgrime que todo depende del color de la pantalla en que se mira, hay muchas posibilidades de que esta sea turca, como casi todo lo que brilla en sus tiendas de electrodomésticos. Las rutilantes hileras de televisores sintonizan con los logros de su economía: casi todos son de factura nacional. Vestel se abre camino en decenas de mercados bajo varios nombres, pero sobre todo fabrica para primeras marcas extranjeras. Hasta quince millones de televisores al año salen de su factoría en Manisa, el 80% con destino a Europa.
Turquía no solo consigue vender televisores a los alemanes –también Grundig es propiedad de la turca Beko- sino también neveras a los suecos. Y encima llena muchas pantallas con sus propias telenovelas, para las parrillas latinoamericanas o indias.
Antes incluso que el televisor, el coche es icono de los logros y retos del modelo turco. El año pasado se produjeron en Turquía más de un millón y medio de vehículos y un millón de estos fueron coches, autobuses y camiones para la exportación. Una empresa del sector, Ford Otosan –una alianza con el grupo Koçse ha convertido en el primer exportador turco. Una subsidiaria de Koç, Tofas, mantiene otro trato para la producción de Fiat. Cosas del capitalismo turco, no menos definidoras que la sociedad formada por Renault y el fondo de pensiones del ejército.
El plan Make in India de Narendra Modi pretende eso, pero a Turquía lo que le gustaría es dejar de ser un país de ingresos medios para convertirse en Corea del Sur. Es cierto que gracias a su posición geográfica y sus bajos salarios, el Made in Turkey compite en Europa, África y Oriente Medio con el Made in China. Pero a menudo Tur-
El país exporta coches, televisores, pero el textil es todavía el 20% de sus ventas