Tratado de conducción autónoma
Un sugerente prototipo ejerce como avanzadilla de ciertas líneas maestras del diseño que marcará el porvenir
Este prototipo equipa un sistema híbrido enchufable de propulsión que alcanza los 300 CV de potencia
Mientras los coches de nueva generación se esfuerzan por demostrar las virtudes de los avanzados compendios en materia de conectividad que incluye su equipamiento, el universo de la automoción se enfrenta a la importante revolución provocada por la necesaria protección del medio ambiente, una encrucijada tecnológica que afecta a la naturaleza energética de los sistemas de propulsión. Pero en la actualidad existe también otro interesante punto de interés en el sector de las cuatro ruedas. Nos referimos en especial a la conducción autónoma, un elementoquevaajugarunpapeldecisivo en el porvenir de la movilidad personal.
Que la industria del motor se di- rige aceleradamente hacia un mundo dominado por los vehículos autónomos se pone de relieve en cualquiera de los salones internacionales del planeta. Yesquellevamos varias temporadas en las que casi todos los concept cars incluyen entre sus características tendencias en este campo. Una de las propuestas más interesantes de esta temporada responde al nombre de Peugeot Instinct. Se trata de unprototipo devocaciónecológica queabordael temadesdeunaperspectiva bastante realista.
El equipo deingenieros y diseñadores encargados del rutilante proyecto firmado por Peugeot se sometió a un triple objetivo. Por una parte, se trataba de crear un coche capaz de liberar tiempo a su teórico propietario, y por ello se apostó por dotarlo con un sistema de conducción autónoma. Además, este vehículo está pensado para ejercer como amplificador de la vida, y por tanto, se tuvo que prestar mucha atención a los detalles sutiles que mejoran la existencia de las personas. Por último, resultaba imprescindible asimismo realzar el protagonismo de la eficiencia, y vincularla en cierto modo a valores del porvenir relacionados con la elegancia.
Pensado para ser manejado de modomanualcuandoelconductor lo requiera, el Instinct dispone de un volante retractable que permanece escondido junto a la instrumentación mientras no se usa. En unespacio interior al queseaccede fácilmente a través de cuatro puertas de apertura opuesta, destaca la completa información en formato holográfico que se proyecta en el parabrisas. Mención especial merecen las cuatro butacas individuales reclinables, diseñadas para que los ocupantes traseros dispongan siempre de un razonable espacio para las piernas.
Pero más allá de la conducción autónoma, el flamante prototipo de Peugeot incluye otras interesantes propuestas. Dotado con un sistema híbrido enchufabledepropulsión que alcanza 300 CV de potencia, el Instinct es fruto de un magistral estudio aerodinámico que se pone de relieve a través de los componentes activos de su carrocería y la canalización de aire que recorre el interior de las puertas en busca de la máxima eficiencia.