Campofrío renueva su planta con tecnología puntera tras el incendio
Destruida en el 2014, hoy la mayor fábrica de Campofrío es tecnológicamente la más integrada del mundo en su sector
No sabría decir cuántas veces ha mostrado el impactante vídeo: llamas, desolación, cenizas, empleos en el aire... el 16 de noviembre del 2014, domingo, la fábrica de Campofrío en Burgos quedó arrasada por un incendio. Javier Álvarez, director de sistemas de información y tecnología del grupo (28 fábricas en Europa), se encontró, literalmente de la noche a la mañana, con el dilema de qué proponer a la empresa: “Reconstruir nuestros sistemas más o menos como sabíamos hacer, o tomar la decisión radical de abordar el futuro de otra manera, bajo una tremenda presión de tiempo”.
Se eligió empezar de nuevo –dice al visitante– y profundizar en el ‘estado del arte’ de la industria, apoyándose en el conocimiento acumulado. “Hoypuedodecirque acertamos: la de Burgos, nuestra mayor fábrica y a la vez la más integrada del sector en el mundo”. Nadie está realmente preparado para ese extremo, “aquello no fue un desastre informático como los que he conocido en mi carrera profesional, aquello fue el fin del mundo”.
Dispuesto a ver el lado positivo, Álvarez reconoce: “También es cierto que nos libramos de malgastar meses discutiendo acerca delas decisiones que debíamos tomar(...). Si hubiésemos tenido que hacerlo según mandan los cánones de la industria, habrían pasado cinco años, y no sé si tendríamos hoy lo que tenemos”. En realidad, la modernización de los sistemas de Campofrío había empezado antes, con la contratación de servicios cloud como el correo electrónico y la atención a clientes –Dynamics 365– que fueron cruciales para retomar en horas los contactos, pese a que no había un chorizo que servir.
La empresa –controlada desde el 2013 por el grupo mexicano Alfa– se impusounplazodedosaños para reabrir la fábrica, de la que dependen 4.000 empleos directos e indirectos en Burgos. Para que así fuera, Álvarez y su equipo dispusieron de sólo nueve meses de desarrollo de un proyecto de imaginable complejidad: revisar los procesos, seleccionar proveedores, decidir qué tecnologías comprar y cómo se implementarán.
No le gusta hablar de “transformación digital” ni lo ve pertinente ensucaso. “Desdemiexperiencia, puedo decir que las empresas normales (las que no nacieron del vientre de internet) evolucionan, no se preguntan cada día si están viviendo una revolución tecnológica: van incorporando tecnología aquí o allí, para soportar funciones que lo requieren, pero todo se hace paso a paso (...). En la fábrica quemada, muchos procesos eran eficientes, aunque se basaran en tecnologías de hace veinte años, convivían elementos manuales con sucesivos parches y añadidos. “El desastre nos obligó a rediseñarlos desde cero”.
Entre otras cosas, hubo que seleccionar proveedores en condiciones muydistintas a las habituales. “En la infraestructura, Cisco entendió nuestras necesidades mejor que otros que ofertaron más barato. Seguimos con SAP y su ERP (software de planificación). Por fortuna, hace años –yo no estaba entonces en la compañía– se hizo un proyecto gordo con ellos, en el que fueron revisados todos los procesos característicos del negocio cárnico”.
Otras innovaciones relevantes fueron un software megagestor de almacenes, suministrado por Hewlett-Packard Enterprise y una herramienta provista por la empresa catalana Mapex, que forma una capa entre el ERP y la informática de planta. Durante este tiempo, Álvarez ha puesto por escrito su experiencia, invitando a sus colaboradores a hacer lo propio. “Ningún MBA te forma para algo así; tras la devastación, teníamos que partir de un lienzo en blanco”.
¿Partir de cero ha sido, al fin, una ventaja? “No se lo deseo a nadie (...). De entrada, todo este ruido sobre la industria 4.0 es un maremágnum de acrónimos, así que optas por definir por ti mismo las necesidades quetienes”. Másdela mitad del esfuerzo se iría en integrar sistemas en una plataforma, lo que ha dado en llamarse ‘ecosistema’. “La única ventaja que tiene empezardecero, enmiopinión, es el modelo organizativo que conlleva, la manera de trabajar que implica. Esta es una empresa de fabricación –sólo en Burgos produce unas 200 referencias– pero organizativamente todo está determinado por las ventas y el marketing. Para mi gusto, lo mejor de la desgracia ha sido que nos permitió recomponer el puzle; ahora lo miras y, claro, encaja mucho mejor”.
¿Ahora qué? Javier Álvarez, con responsabilidad sobre un equipo repartido por Europa, ríe cuando se le pregunta si puede dormirse en los laureles. Qué va. Ahora mismo, tiene ciento y pico proyectos en marcha, porque este es un sector muy competitivo. “Circula la broma de que cuando nosotros tuvimos que crear un comité de crisis, uno de nuestros competidores creó un comité de oportunidades”.