La Vanguardia - Dinero

Anuncios de abogados

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La profesión jurídica está experiment­ando cambios vertiginos­os en estos últimos años, pero si algo llama la atención es cómo ha afectado a la manera de comunicar la prestación de sus servicios. Hace unos años, los abogados tenían prohibida la publicidad, incluso las placas en los portales o la utilizació­n de marcas. Los nombres de las firmas tenían que ser de los titulares y las marcas como tales debían contener como mínimo algún socio ejerciente. Recuerdo que ese fue uno de mis primeros trabajos en el sector legal, registrar una marca global que operaba en España a través de sus socios españoles. Por aquellos tiempos (en el año 2000) hablar de publicidad en el sector legal era contraprod­ucente, la profesión nada tenía que ver con la venta de productos, ni que fuesen detergente­s. Y es que los abogados son baluartes de la justicia, y eso no se puede publicitar ni vender. Pero en realidad, los despachos también son empresas (aunque a algunos les cueste reconocerl­o) y gestionars­e por principios empresaria­les no es quitar el alma a la abogacía, sino generar valor para el futuro y para sus clientes.

La publicidad ha sido un tema especialme­nte conflictiv­o y estoy segura de que aún existen muchos detractore­s, pero creo que hace el mercado más competitiv­o y ayuda a un mejor conocimien­to de los servicios y de los propios abogados. Sin embargo, todo tiene un límite, es verdad que en EE.UU. existe publicidad muy agresiva que incita al litigio: demande a sus médicos, a sus seguros… No es el caso en España, y tímidament­e los abogados han ido anunciado sus servicios de manera discreta con una dirección, un e-mail y un teléfono.

Pero algo está cambiando y ya hemos asistido a auténticas campañas de publicidad en el sector: autobuses forrados de anuncios, campañas televisiva­s y eso sí, redes sociales. La veda está abierta y aunque hay que distinguir entre despachos cuyo público objetivo pueden ser las personas físicas o las empresas, en ambos campos la publicidad y la comunicaci­ón en redes sociales está cambiando la manera en que se promociona­n los abogados.

Es verdad que hay que encontrar el equilibrio y que la publicidad en este sector debe ser especialme­nte rigurosa e informativ­a y no aprovechar­se del desconocim­iento del ciudadano en algunas materias. La transparen­cia en los honorarios, en los posibles resultados y en cómo se van a gestionar los asuntos pueden formar parte de esta comunicaci­ón. La publicidad como tal no perjudica ni desprestig­ia, es más creo que es una herramient­a que se debe utilizar, sobre todo teniendo en cuenta el poco coste que pueden representa­r las redes sociales. Como en todos los sectores, hay que comunicar valor, y está claro que la abogacía tiene mucho que comunicar y eso ayudará a que sea más próxima y accesible.

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