La gran paradoja
Catalunya vive su mejor momento económico a pesar de su delicada situación política; las contradicciones, a veces, se cumplen con matemática exactitud
El auténtico peligro será ver si esta diáspora de empresas sigue o se ralentiza y se frena
Aunque parezca contradictorio es lógico que durante un corto periodo de tiempo la economía puede ir muy bien mientras la política vaya mal. Eso pasó en España a finales de 1988. Se había salido de una espantosa crisis y tras una década sin crear empleo, se había producido un boom económico. En plena recuperación CC.OO. y UGT convocaron una huelga general el 14 de diciembre. Aquel día pararon hasta los relojes. Felipe González, que presidía un gobierno con mayoría absoluta, estuvo a punto de dimitir.
Algo similar está ocurriendo ahora con Catalunya. En pleno crecimiento se produce la catarsis del 1- O que tiene un fuerte seguimiento por la población como ocurrió el 14-D. ¿Por qué ocurre esto? Desde un punto de visto económico y social la historia parece repetirse, aunque en esta ocasión hay otras consideraciones emotivas como es una independencia largamente acariciada. Durante las crisis la sociedad tiene miedo y no reacciona. El paro se dispara y afecta mayormente a las capas juveniles de la población, imposibilitadas de acceder a un primer empleo. Pierden su expectativa de futuro que alimenta la marginación y la aparición de movimientos contraculturales.
Cuando por fin se empieza a crear riqueza esta se distribuye de forma muy desigual, lo que produce una explosión social. La chispa que prende la mecha puede ser el enriquecimiento ilícito de unos o el deseo de independencia de otros. Pero en ambos casos, lo que subyace tras la protesta es un sentimiento de injusticia social, por lo que la receta suele ser políticas más distributivas.
Los datos de que Catalunya está viviendo su mejor momentoeconómico desde que estalló la gran crisis del 2007 son aplastantes. Si tomamos como referencia la evolución del empleo los últimos datos del paro registrado nos encontramos que es la comunidad donde más ha crecido el empleo. El 30% de todos los puestos de trabajo creados en septiembre se ha localizado en esta comunidad. Si tomamos otros datos como el número de afiliación a la Seguridad Social; el número de vehículos vendidos; la recaudación fiscal; los ingresos por turismo; o el crecimiento de la industria manufacturera o el de los servicios prestados a las empresas, no existe la más mínima duda que nos encontramos en el cenit de crecimiento del ciclo expansivo.
Habrá que esperar a que se conozca el crecimiento del PIB territorializado, pero todo indica que Catalunya va como un tiro y está creciendo claramente por encima del 3%. Además, y más importante es que es un crecimiento muy equilibrado apoyado por un fuerte vigor de sus exportaciones a España y el resto del mundo. Las nuevas tecnologías son otro de los motores que están impulsando a la región.
De momento las tensiones independentistas que se produjeron a raíz del 6 se septiembre, cuando se convocó el referéndum y la ley de transitoriedad, no ha tenido impacto ni en el mundo empresarial catalán ni enlasinversiones. Otracosa distinta en lo que pueda ocurrir a partir de ahora. Los sucesos del día del referéndum; la huelga general política del día siguiente; la ilegalización por parte del TC del pleno del Parlament que tendría que aprobar (DUI); y la dura elocución del Rey abriendo las puertas a una intervención de la comunidad autónoma por el Gobierno central puede frenar en seco el crecimiento económico.
Las advertencias son claras y rotundas por parte de las agencias de calificación del riesgo. Tanto Standard & Poor’s como Fitch han alertado sobre el riesgo económico. El Banco de España (BdE) se ha expresado en la misma: “Eventualmente podría tener efectos negativos sobre la confianza de los agentes, las decisiones de gasto y los costes de financiación”. Es cierto que hasta el momento no se habían apreciado tensiones significativas en los mercados. Los inversores consideraban que la “sangre no iba a llegar al río” y que el conflicto se aliviaría con el tiempo y no tendrá un mayor impacto. Sin embargo, esta percepción ha empezado a cambiar y la economía ha entrado del leno en el conflicto. El mundo empresarial empieza a ponerse nervioso (ya han anunciado que trasladan su sede social fuera de Catalunya Gas Natural, Abertis, Service Point, Dogi, Arquia...) y, sobre todo, las dos grandes entidades financieras catalanas, Caixa Bank, que se traslada a València, y Banc Sabadell, que lo hace a Alicante. El auténtico peligro será ver si esta diáspora de empresas sigue o se ralentiza y se frena. No hay que olvidar que las riquezas de las naciones residen en la calidad de sus instituciones.