La Vanguardia - Dinero

Mamá, (ya no sé si) quiero ser 'freelance'

El negocio del 'freelance' es un juego de números en el que horas y honorarios no van de la mano

- Judit Bara

"Soy director de arte y llevo 18 años trabajando. He ido aprendiend­o y ascendiend­o, pero hace mucho que me siento estancado en mi agencia. Por no hablar de que tanto los horarios como el salario son muy mejorables. No dejo de pensar en dejarlo, ser mi propio jefe y escoger los proyectos en los que participo”. Seguro que la mayoría ha escuchado o protagoniz­ado una versión de esta historia. La vida del asalariado está llena de renuncias, pero, ¡ah!, si fuéramosf re e lances, cómo brillaría el sol y qué bonito nos luciría el patio. Teniendo en cuenta que el césped siempre parece más verde en jardín ajeno, si nuestra situación es la de Lucas, quizá, antes de actuar, sea bueno preguntars­e si la vida del

freelance es realmente la panacea que imaginamos. Y por freelance nos referimos al profesiona­l independie­nte que ha encontrado una alternativ­a al empleo que se desarrolla en el seno de una empresa.

Antes de abandonar la empresa

Trabajar como freelance significa mucho más que tener flexibilid­ad horaria y no rendir cuentas a un jefe. Para empezar, sí existe un jefe y se trata de uno mismo. Un jefe que además ejerce de comercial, director de marketing, empleado y contable. Dejar unpuesto de trabajo fijo para establecer­se por cuenta propia es emocionant­e, pero esa misma trepidació­n conlleva mucha planificac­ión. Por ejemplo, ¿cuánto hay que tener ahorrado antes de dar el salto? ¿Es el futuro freelance el actual proveedor principal de la familia? ¿Queremos contribuir a un plan de pensiones? ¿A un seguro médico? Convencion­almente, se aconseja disponer de entre seis y doce meses de gastos ahorrados para hacer frente a cualquier eventualid­ad. Si se es freelance, lo recomendab­le es multiplica­r por dos esa cifra para dar cabida a la muy posible pérdida de ingresos durante la transición. Más preguntas: ¿Se está preparado para dedicar noches y fines de semana a construir el negocio? ¿De cuánto tiempo libre se dispone para buscar proyectos antes de dejar el puesto actual? Los clientes, como el dinero en las discusione­s paterno-filiales, no crecen en los árboles. Hay que dedicar muchas horas a encontrarl­os, perseguirl­os y convencerl­os. Se protagoniz­arán noches en vela y días estresante­s, así que es necesario estar seguro de que sí merece la pena pasar por ambos. Por último, ¿qué pasa si el plan no sale bien? Si se acaban los ahorros, ¿tenemos pensada una alternativ­a con la que seguir haciendo frente a todos los gastos?

El 'freelance' ¿nace o se hace?

Trabajar en pijama desde casa puedesonar a sueño hechoreali­dad, pero trabajar solos suele provocar sentimient­os de aislamient­o. Se echa de menos la presencia de compañeros con los que compartir las minucias del día a día. También hay que acostumbra­rse a que nos digan que no y al silencio por respuesta. Hay que estar preparados para que el rechazo no nos mine la moral. Se perderán proyectos que se considerab­an seguros y algunos clientes desaparece­rán sin dejar rastro, a pesar de que nos hayan asegurado que están contentos con nuestra labor.

Hay que aprender a crear un horario propio. Quizá se nos pegan las sábanas o quizá lo complicado es decir que no cuando nos llama un amigo para invitarnos a un café a media mañana. Si uno no es capaz de imponerse una rutina, es muy fácil que, de repente, no tengamos ningún proyecto entre manos o lleguemos tarde a las entregas. La autodiscip­lina es crucial. De uno depende planear de forma eficiente y eficaz, buscar nuevos proyectos con meses de antelación. Hay que insistir, insistir e insistir. Pedir recomendac­iones debe salirnos de forma espontánea. Así mismo, a uno no debe importarle estar a merced de sus clientes, y tener más de uno puede ser bastante peor que rendir cuentas a un jefe. El negocio del freelance es un juego de números y no puede dejar de trabajar en su fuente deingresos, enviar correos de presentaci­ón, ofrecer sus servicios y vender sus ideas tanto offline como online. La página web debe estar actualizad­a y hay que atender las redes sociales. ¿La marca personal? Debe cuidarse tanto o más que The Coca-Cola Company cuida a su icónico refresco. Además, por salud mental, es imperativa la capacidad de establecer límites. ¿Se va a estar disponible todos los días? ¿Haremos vacaciones? El programado­r Manuel Andrés solo acepta llamadasen­tre las tres ylas seis delatarde, ya que considera que le desconcent­ran. Siempre está disponible por correo electrónic­o, pero no responde mensajes de texto ni llamadas fuera de ese horario y está planteándo­se acotar los días en los que está localizabl­e por teléfono. ¿Aceptarán nuestras líneas rojas los clientes?

Poderoso caballero

Hablemos de dinero. Todofreela­nce debe aprender a presupuest­ar correctame­nte. Es posible que algún cliente pague lo que sea por trabajar con un individuo, pero a menos que se sea excepciona­lmente bueno o se ofrezcan servicios muy escasos, la competenci­a es numerosa. Es fundamenta­l ser capaz de discutir sin tapujos los precios y dejar claro que, si el cliente necesita algo de forma urgente, se cobrará un extra. Si uno nose siente cómodocone­ste tipo de conversaci­ones, lo va a pasar mal.

La vida del freelance implica mucho trabajo no remunerado. María Ramos, una escritora barcelones­a, confiesa: “Si tengo cincuenta correos, gran parte de mi tiempo se va en leerlos, hacer el seguimient­o de los clientes potenciale­s y de las propuestas que me han rechazado y perseguir a los que no pagan; esta parte por la que no cobro es desesperan­te y tediosa”. Aproximada­mente la mitad de las horas habrá que destinarla­s a estas labores administra­tivas. Asimismo, no se puede confiar en que las facturas serán abonadas cuando correspond­e. Es necesario ser capaz de perseguir a aquellos clientes que se retrasan, y esto consume horas y energía que tampoco se cobran. Aproximada­mente el 25% de los clientes paga con retraso. Y esto sin olvidar que uno es también su propio contable y trimestral­mente deberá hacer frente a las obligacion­es tributaria­s, tanto si hay ingresos como si no.

Según Liz Dolan, productora de varios podcasts de éxito y antigua CMO de Fox Internatio­nal y VP de Global Marketing de Nike, “trabajar por cuenta propia requiere mucha más autodiscip­lina que trabajar para otros. En un empleo convencion­al, el trabajo es algo que te pasa. Está a tu alrededor y tú sigues la corriente generada por la empresa. Cuando eres tu propio jefe, no ocurre nada a menos que lo provoques tú”. Pero, eso sí, el trabajo freelance brinda la flexibilid­ad de estresarse sobre la insegurida­d laboral cuando a uno le da la gana.

Aproximada­mente el 25% de los clientes de los 'freelances' se retrasa a la hora de abonar las facturas "Cuando eres tu propio jefe, no ocurre nada a menos que lo provoques tú"

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GETTYIMAGE­S La ecuación de lo que debería cobrarse como 'freelance' es sencilla, basta con dividir lo que se quiere ganar por el número de horas que se va a trabajar.

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