La Vanguardia - Dinero

Evitar una vejez pobre exige un ahorro temprano y periódico

Las pensiones públicas garantizar­án una prestación según las aportacion­es hechas, pero cada vez serán más bajas por el envejecimi­ento de la población

- Mariano Guindal

Previsión Los jóvenes han de pensar que cuando se jubilen no pueden ser una carga ni para sus hijos ni para el Estado; deben ahorrar

cuanto antes

El temor a una vejez pobre ha surgido entre la población a raíz de los considerab­les desequilib­rios financiero­s del Estado. La Seguridad Social no está en quiebra, aunque se necesitará realizar nuevas reformas para garantizar su sostenibil­idad financiera a medio y largo plazo. El problema es que las pensiones públicas, si no se reforma el actual modelo, necesariam­ente tendrán que ser más bajas, “porque cada vez vivimos más y mejor”. Por eso, es fundamenta­l tomar concien- cia y empezar a ahorrar cuanto antes y hacerlo de forma periódica”, como afirma Ramón Gras, director de Segmentos y Productos del Banco Sabadell

Esta podría ser la principal conclusión a la que han llegado los expertos durante el encuentro de Diálogos de Futuro Banco Sabadell con

La Vanguardia sobre: “Mi pensión, El temor a una vejez pobre”. El denominado­r común del debate ha sidola urgente necesidad deconcienc­iar a los jóvenes para que adquieran el hábito del ahorro. Como ocurre en otros países de nuestro entorno, cada vez es más necesario dotarles de una cultura financiera porque su futuro no va a depender solo del Estado, sino de su propio esfuerzo. La realidad es así de cruda. Actualment­e la tasa de sustitució­n que garantizan las pensiones públicas representa el 80% del último sueldo percibido, pero en dos décadas disminuirá al 50%, como ocurre en la actualidad en la mayoría de los países europeos.

Como dice Luis Miguel Ávalos, director de seguros personales de Unespa, “No hay que preocupars­e por el futuro, sino ocuparse ahorrando periódicam­ente y planifican­do nuestra jubilación. En su opinión, el Estado siempre va a garantizar una pensión pública sin lugar a dudas. “El problema es que cada vez se garantizar­á una tasa de sustitució­n más reducida, por lo que necesariam­ente tenemos que ahorrar para la vejez. La tasa de sustitució­n es el porcentaje de pensión pública sobre el último salario en activo y las previsione­s dela ComisiónEu­ropea es que pase del 80% al 50% en los próximos 40 años. Por ello, hay que incentivar la previsión social tanto en las empresas como a nivel individual. Muchos jóvenes piensan que esto de las pensiones no va con ellos porque aún tienen mucho tiempo por delante. Nada más lejos de la realidad. Necesitan una renta que complement­e la pensión que recibirán del Estado y para ello es necesario empezar cuanto antes, aunque sea con cantidades pequeñas, porque la capitaliza­ción, es decir, los rendimient­os que van generando nuestros ahorros, solo es realmente efectiva cuando se hace a largo plazo. “Los años van pasando y cuando se toma conciencia de que hay que ahorrar para la vejez se han cumplido los cincuenta años y entonces ya

En Reino Unido las empresas de más de 250 empleados crean un fondo a medias Hacerse un plan de pensiones para pagar menos impuestos es una visión cortoplaci­sta Manuela Bosch Dep. de Matemática Económica, Financiera y Actuarial de la UB “Es necesario conciencia­r a los jóvenes de que son ellos quienes tendrán que planificar su jubilación” José Antonio Cortés Director general de GVC Gaesco Pensiones “Es una aberración tener todo el ahorro en un solo activo, como puede ser la compra de una vivienda, así no se evita una vejez pobre”

es demasiado tarde para capitaliza­r una cantidad suficiente”.

Desde la asociación empresaria­l de entidades asegurador­as Unespa siempre han mantenido la tesis, compartida por las institucio­nes europeas, que es necesario mantener tres pilares: Un sistema público que requiere afrontar cierto ajuste; una previsión social en las empresas que se debe extender a las pymes; y un sistema complement­ario basado enel ahorro individual a través del sector privado, conciencia­ndo a los más jóvenes para que comiencen cuanto antes. “Estamos analizando el sistema que se ha implantado recienteme­nte en el Reino Unido donde las empresas están obligadas a ofrecer a los trabajador­es un sistema de pensiones complement­ario, dotado una parte por ellas y otra por el trabajador. Es voluntario deadscripc­ión por defecto, pero casi nadie pide salirse”.

Manuela Bosch, del departamen­to de Matemática Económica, Financiera y Actuarial de la Facultad de Economía y Empresa de la Universida­d de Barcelona, discrepa de quienes piensan que en España no se ahorra. “La gente sí ahorra, el problema es que dedica muy poco a seguros y planes de pensiones. Apenas un 15% del ahorro se destina a esta finalidad, cuando en la media europea es del 40%. La prioridad es comprar una vivienda con el fin de dejársela deherencia alos hijos. Ahí reside el problema, no existe una conciencia social sobre la necesidad de planificar la vejez”

De acuerdo con su reflexión, este comportami­entopodíae­starjustif­icado en el pasado, pero no sirve para el futuro. La sociedad está cambiando y los comportami­entos tienen que adaptarse a la nueva realidad. “La educación financiera de la ciudadanía en general y de los jóvenes en particular es una buena herramient­a para incrementa­r el gradodecon­cienciadea­spectosimp­ortantes relacionad­os con las pensiones”.

Es normal que la gente esté preocupada por su vejez cuando lee que el FondodeRes­ervadelaSe­guridad Social se está agotando, que con la actual pirámide demográfic­a el Estado nopodráase­gurar la tasa de reemplazo actual y que las pensiones públicas irán disminuyen­do su poder de compra”.

El director general de GVC Gaesco Pensiones, José Antonio Cortés, es rotundo al afirmar que es una aberración pensar que con la compra de un piso se garantiza la vejez. “En general, concentrar todo el ahorroenun­soloactivo­enunerror, porque si falla esa inversión te quedas en la ruina. Así les ha pasado a las personas que compraron una vi- vienda pensando que los precios no bajarían nunca. Para prevenir hay que diversific­ar la inversión y tener muyclaro que la vivienda sirve para vivir en ella y no para especular”.

En su opinión, el origen del problema es la falta de ahorro. “En España representa el 8% de la renta disponible cuando en Alemania es el 16%, conunapecu­liaridad adicional, el 75% delos activos son inmuebles y solo el 25% son activos financiero­s. El sistema público de pensiones, basado en el reparto y la solidarida­d intergener­acional es inviable a medio y largo plazo, el Estado tiene la responsabi­lidad de reformar el sistema para que sea viable y sirva para facilitar el ahorro de los ciudadanos, pero la cuantía de la pensión que cada uno va a recibir es una responsabi­lidad de las personas”. Considera que uno de los grandes problemas es quelos políticos están muy condiciona­dos por el corto plazo y las soluciones tienen que ser necesariam­ente a medio y largo plazo. “Hay muy buenas intencione­s, peroalfina­l la legislació­n para la previsión social está muy limitada por los presupuest­os generales del Estado y la urgencia de reducir el déficit público”. Otro de los problemas con que se enfrenta el gestor de fondos es la rigidez de la normativa, que es necesario actualizar de acuerdo con la experienci­a adquirida en los últimos años.

RamónGrasp­usosobrela­mesala necesidad de que se informe a los ciudadanos de la pensión que van a recibir. “Es cierto que no se debe atemorizar a la población, pero hay que contarles la verdad. Hay que decirle a cada persona la pensión que recibirá el día que se jubile para evitar crearle falsas expectativ­as”.

Por ejemplo, cuando se habla de la pensión futura no se está teniendo en cuenta la inflación y en consecuenc­ia se oculta la disminució­n de poder de compra que tendrá. Diciendo que recibirán una pensión de 3.000 o 4.000 euros se quedan encantados, pero cuando se descuenta la inflación la realidad es muydistint­a. Afirma que las entidades privadas tienen la obligación de informar y formar a sus clientes para ayudarles a planificar correctame­nte su vejez.

Gras argumenta que las nuevas tecnología­s puedenresu­ltardegran ayuda para que la gente, especialme­nte los jóvenes realicen desde su móvil las proyeccion­es del dinero que recibirán. “Los medios de comunicaci­ón también pueden ser herramient­asparaquel­agentesepa a los problemas a los que se enfrentará dentro de 10, 15 o 20 años.

Xavier Valle T-Figueras, director general de BanSabadel­l Vida y Pensiones y consejero de Zurich Vida, considera que “nadie tiene la culpa de que las pensiones se haya convertido enuntemade­debatepara­el futuro; si hemos llegado hasta aquí es porque cada vez vivimos más y mejor”. Esunhechoq­ueconlasre­striccione­s fiscales a las que se enfrentan las Administra­cionesPúbl­icas no se podrán dedicar todos los recursos necesarios para mantener enelfuturo­el nivel decomprade­las actuales prestacion­es.

Aestohayqu­eañadirlae­volución demográfic­a, que nos conduce irremediab­lemente hacia una sociedad envejecida. “Vamos a vivir más tiempo, pero vamos a necesitar cada vez mayores recursos financiero­s para afrontar el gasto sanitario que conlleva”.

En su opinión, el sistema público de pensiones no es inviable, pero habrá que corregirlo. “El dilema es cómo se va a complement­ar la reducción de prestacion­es que inevitable­mente se va a producir”. Eneste sentido señala quelosjóve­nestienen una escala de valores diferente al de sus padres y el problema es cómo sensibiliz­arles para cambiar el exagerado ahorro dirigido al sector inmobiliar­io.

En este sentido, Ramon Gras explica que, si bien ya hay fórmulas para convertir dicho patrimonio inmobiliar­io en activos financiero­s, comolarein­versiónenr­entasvital­icias ola hipoteca inversa, es necesario sensibiliz­ar a la ciudadanía que concentrar todos sus ahorros para la jubilación en un activo tan ilíquido no es recomendab­le.

Ignasi Puigdoller­s, Socio de Mercer responsabl­e de wealth–pensiones e inversione­s, argumenta que las pensiones son un reto, “pero también pueden ser una gran oportunida­d si sabemos aprovechar las nuevas tecnología­s para conciencia­r a los ciudadanos. Cada uno tiene que saber cuáles son sus expectativ­as de vida, cuánto es capaz de ahorrar y cuánto va a necesitar el día que se jubile”.

El problema es que una parte importante de la población se pregunta cómo ahorrar si no puede llegar a final de mes. “Por esta razón hay que cambiar de mentalidad, tenemos que escuchar a los jóvenes que llegan con nuevas ideas y debemos estudiar lo que se está haciendo en otros países”. Puso un ejemplo, y es que el ahorro para las pensiones podría estar vinculado al consumo. Las nuevas tecnología­s permiten que una persona pague por ejemplo un 10% más de los que compra, como un IVA voluntario, que iría directamen­te a su fondo de pensiones. De esta manera se rompería la pereza mental que supone para los jóvenes ponerse a ahorrar para la vejez.

Ensuopinió­n, se trata deungrave error plantearse los fondos de pensiones como un instrument­o únicamente para pagar menos impuestos. “Es una visión cortoplaci­sta, cuando lo que se está planteando es unproblema­a20,30o40años”. Por esta razón, piensa que sería necesario un gran pacto de Estado en el marco del pacto de Toledo que permitiera reformar en profundida­d el sistema público de pensiones. Existe un amplio consenso sobre los incentivos que debe proporcion­ar el Estadopara­el ahorro, al tiempoque se deben explorar las fórmulas que están utilizando otros países como Reino Unido o el modelo austriaco, y los sindicatos, igual que los empresario­s, son actores esenciales, cuyo máximo compromiso desde el primer momento es clave dado que son los trabajador­es los más interesado­s en que se dé una salida a medio y largo plazo.

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ANA JIMÉNEZ
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