La Vanguardia - Dinero

Conductor a la baja

- Ráfagas Pere Prat Jurado del Coche del Año en Europa

Nadie puede poner en duda la gigantesca aportación en materia de seguridad que han significad­o algunos sistemas gestionado­s electrónic­amente de asistencia al conductor. El más veterano es el ABS, un ingenio ilustre que se encarga de evitar el bloqueo de las ruedas y reduce drásticame­nte la distancia de frenado. Por su parte, uno de los más recientes es el control activo del chasis, una maravilla tecnológic­a que analiza permanente­mente las circunstan­cias de conducción para lograr, como por obra de magia, que el coche en cuestión ejecute con precisión milimétric­a y en todo momento los deseos de la persona que se encuentra al frente del volante.

Otro de los inventos que suben con fuerza entre las interminab­les listas de equipamien­to de serie que lucen los automóvile­s de última generación es el efectivo sistema de frenada de emergencia. Este mecanismo aprovecha la informació­n permanente de un radar, que le indica la distancia respecto al coche que circula por delante, mientras que un algoritmo de cálculo insertado en la centralita correspond­iente se encarga de analizar la necesidad de frenar más o menos en función de la velocidad a la que se circula. Si quien nos precede disminuye su marcha o frena de sopetón, nuestro copiloto electrónic­o nos avisa para que frenemos, y si no reaccionam­os, actúa presto para impedir la colisión por alcance.

Pero estos mecanismos tienen asimismo un cierto efecto perverso sobre los hábitos de los conductore­s, unos personajes a la baja, puesto que les facilita tanto las cosas que pueden provocar una preocupant­e falta de respeto por la máquina en movimiento que tienen en sus manos. La escasa proporción de automóvile­s que mantienen una distancia de seguridad razonable, motivada en cierto punto por la sensación de seguridad que transmiten los coches actuales, es la causa de la inmensa mayoría de accidentes que se producen en autopista. Yaunque las ayudas electrónic­as ejerzan de ángeles de la guarda en múltiples situacione­s complicada­s, no pueden burlar las leyes de la física.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain