Gràcia, todo un estilo de vida
El barrio de Gràcia seduce a locales y extranjeros atraídos por su esencia de villa y su particular estilo de vida
Cuenta la leyenda popular que una vez se entra en el distrito b arce lonés de Gràcia y este te roba el corazón, es difícil dejarlo. "Una Gràcia con gracia", dicen con orgullo los vecinos de este carismático y bullicioso barrio. Y esta singularidad le viene de lejos: hasta 1897, la Vila de Gràcia fue independiente, comunicada con el centro de Barcelona por el paseo de Gràcia. Y más de un siglo después, Gràcia sigue conservando su identidad y esencia de villa. "Es un pueblo dentro de la ciudad, con
todo lo bueno y lo malo que esto
significa. Y este lifestyle muy graciense, o te encanta –fiestas incluidas– y no lo cambiarías por nada, o no te gusta nada. No hay término medio", explica Ainhoa Pérez, responsable de Gràcia de Lucas Fox y graciense empedernida. "Todos nos conocemos, en el barrio. Yesto, que tiene mucho encanto, también puede llegar a ahogarte".
Vila de Gràcia, la más buscada
En Gràcia hay mucho arraigo, con vecinos que llevan toda la vida en el barrio. Pero también mucha multiculturalidad. "A los extranjeros les encanta este barrio, porque es muy auténtico, con sus callejuelas estrechas y muchas de ellas peatonales, las plazas, el comercio de proximidad, el encanto bohemio... Es un barrio bullicioso e inquieto, con mucha vida", afirma Pérez. De la misma opinión es Ignacio PérezPortabella, director de división de Engel & Völkers, pero hace una clara diferencia entre el extranjero que compra para vivir y el inversor que busca una alta rentabilidad con el alquiler, que es un público que también existe en Gràcia. Los pisos de Gràcia, sobre todo de Vila de Gràcia, suelen ser pequeños, no todos tienen ascensor y el parking es unlujo
Pérez destaca la alta movilidad que hay en el barrio, debido, sobre todo, a la tipología de vivienda. "En general, los pisos de Gràcia, sobre todo en Vila de Gràcia, son pequeñitos: de unos 70 m2, con un par de habitaciones y un balconcito. Por lo que es fácil que se les queden pequeños rápido". Pero si son enamo- rados del barrio, no los abandonan. "Suben hasta Vallcarca, La Salut y Camp d’en Grassot-Gràcia Nova, donde pueden encontrar pisos más grandes y, además, más económicos", afirma Pérez-Portabella. Y pone un ejemplo: "Por el precio de un piso de cuatro habitaciones en la Gràcia alta tienes uno de dos en Vila de Gràcia". De hecho, por orden descendente, las zonas más demandadas son Vila de Gràcia, Camp d’en Grassot-Gràcia Nova y, finalmente, La Salut. Yel precio del metro cuadrado seguiría también este mismo orden a la baja, "partiendo de unos 4.600 €/m2 para un piso sin reformar en Vila de Gràcia", sostiene Pérez, de Lucas Fox.
La Gràcia más modernista
Hay muchas Gràcies en Gràcia. Y la modernista es una de ellas. No solo por la proximidad con el Park Güell o la Casa Fuster, sino porque en el barrio hay algunos de los primeros edificios del arquitecto An- toni Gaudí, como la Casa Vicens. Y una pequeña joya que no escapa a los enamorados del modernismo: la rambla del Prat. Esta es la avenida modernista por excelencia del barrio, un auténtico escaparate de arte de este periodo donde casi todas las fincas (si no todas) están catalogadas. "Son propiedades muy especiales, con techos de casi cuatro metros, con elementos arquitectónicos originales, como vidrieras, frescos o suelos de mosaico... Y, claro, con precios más elevados, pudiendo alcanzar los 6.000 €/m2 para viviendas reformadas", sostiene Pérez.
Con o sin elementos modernistas, Ignacio Pérez-Portabella lo tiene claro: "Gràcia es el mejor barrio para vivir. Lo tiene todo: es coqueto, familiar, tranquilo y a la vez bullicioso, hay muchas calles peatonales y siempre hay vida. No es el típico barrio residencial que los fines de semana se queda vacío". Una Gràcia con gracia.