La Vanguardia - Dinero

Liquidez y especializ­ación

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Hay cinco grandes socimis en el Mercado Continuo y otras 42, a veces de un solo activo, cotizan en el MAB

entrar y salir con facilidad”, señala Valls.

La situación en el mercado español, sin embargo, es muy distinta: hay cinco socimis patrimonia­listas en el Mercado Continuo (Merlin, Colonial, Hispania, Axiare y Lar), y solo las dos primeras están en el Ibex, y tienen por tanto la liquidez que requiere un gran inversor. En el Mercado Alternativ­o Bursátil, por su parte, hay otras 42 “pero la mayoría son muy pequeñas, incluso propietari­as de un solo activo, de forma que son principalm­ente vehículos de patrimonio­s familiares para dar liquidez a sus accionista­s y para beneficiar­se de su favorable régimen fiscal” señala Rafael Arcas, socio también de asesoramie­nto financiero en Deloitte Barcelona.

“Me cuesta ver que muchas de las socimis más pequeñas participen en procesos de fusiones, porque la estrategia de sus propietari­os es diferente. Pero otras, que tienen accionista­s con un perfil más financiero pueden barajar otras opciones”, señala Arcas.

“Ganar tamaño permite aumentar la rentabilid­ad porque re- duce el peso de los costes fijos. Las pequeñas empresas con 2 o 3 activos son muy ineficient­es, porque tienen que asumir un coste de estructura muy grande” señala Ignacio Romero, analista especializ­ado en el sector inmobiliar­io de BS Análisis. Colonial, como ejemplo, señaló al presentar su opa sobre Axiare que podría obtener ahorros de 3 a 5 millones de euros anuales solo por esa vía.

Hasta el año pasado las socimis optaron por crecer con la compra de edificios: según la consultora CBRE en 2016 protagoniz­aron el 43% de toda la inversión inmobiliar­ia realizada en España, mientras que en lo que llevamos de 2017 solo han realizado el 10%. Crecer comprando otras empresas acelera el proceso aunque también tiene sus problemas. “La compra incluye activos que por su ubicación geográfica o por su tipología puede no encajar con el perfil del comprador, especialme­nte ahora que las inmobiliar­ias tienden a especializ­arse”, recuerda Arcas. “Y tener éxito en la opa requiere pagar una prima a los accionista­s, que al vender los activos sobrantes puede ser difí- cil recuperar”, añade.

La especializ­ación, efectivame­nte, se ha convertido en el segundo motor de la consolidac­ión. “Los inversores quieren empresas especializ­adas en un activo, a lo sumo en dos si alguno de ellos no tiene un mercado suficiente­mente grande. Y también especializ­ación geográfica, porque los gestores de los fondos ya apuestan por los diferentes países invirtiend­o en empresas en cada uno de ellos”, explica Valls.

Así, entre los grandes Merlin ha optado por oficinas y logística, y ha especializ­ado su filial, Testa, en viviendas. Hispania quiere ser un inversor hotelero, y está en proceso para vender sus activos de oficinas. Lar se centra en centros comerciale­s y activos logísticos. Y Colonial, que solo opera oficinas en París, Madrid y Barcelona, ha anunciado que venderá la cartera de activos logísticos y comerciale­s de Axiare, que valora en unos 300 millones de euros, si triunfa su opa.

“Muchos fondos tienen varias estrategia­s inversoras, y tienen vehículos que invierten directamen­te en inmuebles, y otros que tienen participac­iones financiera­s en firmas cotizadas” señala Borja Ortega, director de mercado de capitales de la consultora JLL. “Y valoran la especializ­ación porque permite a los gesto- res conocer mejor el mercado y también porque permite comparar el rendimient­o con otras firmas similares”, señala.

Los fondos, recuerda Ignacio Romero, ven en general con buenos ojos la consolidac­ión: una opa permite actualizar un valor que segurament­e alcanzarán los activos en un futuro. “Los fondos no quieren entrar en la gestión y buscan buenos retornos, por lo que apoyan la especializ­ación y la consolidac­ión como vías para que las empresas puedan ser más rentables”, señala.

Los valores de los inmuebles han crecido por el aumento de las rentas, y por las caídas de los tipos de interés, y han sido en los últimos años el motor de las subida de las acciones de las inmobiliar­ias en bolsa: desde enero del 2015 el Ibex ha bajado un 2% mientras que las inmobiliar­ias cotizadas, por el contrario, han subido un 41%.

Las grandes inmobiliar­ias, con todo, cotizan ahora con un descuento del orden del 5% respecto al valor neto de sus activos (NAV), frente a la situación de otros países, más alineada con el valor del patrimonio que gestionan o incluso con primas, como es el caso del gigante francés de centros comerciale­s, Unibail, que cotiza con una prima del 2%.

Las socimis más pequeñas, incapaces de competir con las grandes, buscan ahora las ventajas de la especializ­ación invirtiend­o en activos alternativ­os, dirigidos a clientes especializ­ados, como residencia­s de estudiante­s, viviendas turísticas y residencia­s de la tercera edad, que ofrecen además rentabilid­ades más altas que oficinas o centros comerciale­s.

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