La Vanguardia - Dinero

Fernando Trias de Bes

La ausencia de un marco regulatori­o para la continuida­d de las plantas existentes congela las inversione­s

- Lorena Farràs Pérez

‘Business friendly’, ‘business scary’

Con las plantas de cogeneraci­ón, las industrias intensivas en calor generan en las mismas fábricas la electricid­ad y el calor necesarios para su funcionami­ento. La industria alimentari­a la utiliza para preparar múltiples alimentos, la papelera para secar el papel, la química para que tengan lugar ciertas reacciones químicas, la petrolera para transforma­r el crudo y la cerámica para cocer el barro. Estas son las principale­s industrias que se sirven de la alta eficiencia y de los menores costes económicos de la cogeneraci­ón para ser más competitiv­as.

Pero gran parte de estas plantas de cogeneraci­ón se encuentran ahora en un punto muerto debido a la ausencia de un marco normativo que regule la continuida­d de las instalacio­nes, según denuncia la Asociación Española de Cogeneraci­ón (Acogen). “Llevamos cinco años con una moratoria que impide que se construyan plantas nuevas o que se renueven las ya existentes”, se lamenta Javier Rodríguez Morales, director general de Acogen.

El tiempo urge. “Entre el 2017 y el 2025, el 60% del parque cogenerado­r finalizará su vida útil regulada (25 años)”, explica Rodríguez. “Estas plantas pueden y deben seguir funcionand­o porque la industria las necesita, pero ello es inviable sin la existencia de un marco estable que permita plani- ficar con la antelación suficiente la continuida­d de todas estas cogeneraci­ones”, asegura el experto. En este sentido, la solución regulatori­a que reclama Acogen ya llega tarde porque en la industria “este tipo de inversione­s se planifican con una antelación de unmínimo de tres años”, señala Rodríguez.

Desde Acogen denuncian que “la ausencia de un marco regulatori­o para solucionar la continuida­d de estas plantas congela proyectos e inversione­s en cogeneraci­ón y en modernizac­ión y ampliación de sus industrias asociadas”. La asociación señala además que los análisis coste-beneficio realizados concluyen que “mantener las plantas funcionand­o supone un coste menor que pa- rarlas, tanto para el sistema eléctrico como para los consumidor­es domésticos e industrial­es”. También el medio ambiente sale ganando puesto que suponen una menor emisión de gases de efecto invernader­o.

Rodríguez avanza que les consta que desde el Gobierno central ya se está trabajando en un nuevo marco normativo. El 20% del PIB industrial La cogeneraci­ón aporta competitiv­idad directa al 20% del PIB industrial nacional y el 50% de los productos fabricados con cogeneraci­ón son exportados, según datos de Acogen. Unos 200.000 empleos industrial­es directos están asociados a industrias que cogeneran y 13.000 empleos más están directamen­te sostenidos por la actividad de cogeneraci­ón.

En términos energético­s, las industrias que utilizan la cogeneraci­ón consumenel­5% dela demanda eléctrica nacional y generan el 11% de la electricid­ad de España, para lo que utilizan el 25% del consumo nacional de gas natural.

“La cogeneraci­ón se empezó a implantar enel país a finales delos 80 y principios de los 90, hace ahora 30 años”, explica el director general de Acogen. En la actualidad, el sector cogenerado­r español está integrando por unas 700 plantas que suman casi 6.000 MW de potencia, según datos del Instituto para la Diversific­ación y Ahorro de la Energía (Idae).

El 10 de noviembre, la Comisión Europea constató la conformida­d del sistema español de apoyo a la cogeneraci­ón con las directrice­s europeas de ayudas de Estado en materia de medioambie­nte y energías renovables.

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AGUSTÍ ENSESA / ARCHIVO

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