‘Business friendly’, ‘business scary’
Factor higiénico Corresponde a los políticos garantizar la seguridad jurídica y trasladarla hacia el exterior es su máxima prioridad
Un ejemplo de factor higiénico en el ámbito laboral sería tener un salario digno y un ejemplo de factor motivacional, que ese empleo permita formarse. En la compra de un teléfono sería que se puedan realizar y recibir llamadas y un factor motivacional, que sea ligero. En un vuelo el factor higiénico es llegar a destino no muy tarde y motivacional, que incluya un refrigerio.
El factor higiénico es lo mínimo que esperamos para decantarnos por una opción, sea un empleo, teléfono móvil o viaje en avión. El motivacional no está dentro de los mínimos, sino que es algo que, por así decirlo, suma puntos. Esta distinción la acuñó Herzberg en las teorías del trabajo y se trasladó a otros ámbitos empresariales. La conclusión práctica es que si los factores higiénicos no están asegurados, por mucho motivacional que ofrezcas, nadie te va elegir. De poco servirá que una empresa ofrezca mucha formación para atraer talento si no paga adecuadamente; que un fabricante de móviles logre el teléfono más ligero del mercado, si no funciona bien; y que una compañía aérea te regale seis bebidas si acumula cancelaciones y retrasos. Esta es la conclusión: no te obceques con un plus, si lo mínimo necesario no está cubierto.
Pues bien, en el ámbito de la atracción de inversión internacional el factor higiénico es la seguridad jurídica. Sin ésta, un inversor o una multinacional no se planteará invertir en un territorio por muchos factores motivacionales que se le brinden como incentivo.
En estos ejemplos la empresa puede decidir los factores higiénicos y motivacionales. Pero en el ámbito de la inversión internacional no. ¡Los higiénicos dependen de los políticos! Los motivacionales, de los empresarios. Por tanto, no puede pedirse al sector privado que compense con factores motivacionales (mejor precio, y servicio, más rapidez de entrega, buenos profesionales, los mejores técnicos, etc.) un factor higiénico que el sector público no asegura. Es imposible que eso convenza a nadie. Es lo que Herzberg demostró. Por mucho que las empresas ofrezcan a los inversores internacionales, nada van a lograr si el factor higiénico no está cubierto: la seguridad jurídica.
La unilateralidad del procés ha sembrado las dudas entre los inversores. Artur Mas prometió una Catalunya business friendly, y somos una Catalunya business scary. Como el nuevo Govern espere que sean los empresarios quienes arreglemos el desaguisado que han dejado, vamos dados. Los empresarios poco pueden hacer si la seguridad jurídica no queda garantizada de nuevo. Yeso depende del Govern. El asunto es muy, muy serio. Empresarios y directivos claman para que el nuevo Govern entienda que esta es su responsabilidad y que trasladarlo al exterior ha de ser su prioridad. La pyme catalana que da servicio a multinacionales representa una parte muy relevante de la economía. Las exportaciones, lo mismo. Entraremos en recesión si la inversión internacional de desploma.