Detrás del Leonardo
La extraordinaria venta del Leonardo de la semana pasada ha dado que hablar a algunos especialistas y ha hecho aflorar la parte más oscura del mercado del arte: unos han cuestionado su autenticidad y otros la excesiva restauración empleada. Thomas Campbell, hasta junio director del Metropolitan de Nueva York, publicó en Instagram una imagen de la pintura antes de la restauración, donde se puede observar el nivel de deterioro que tenía, preguntándose si el comprador sabía de temas de conservación dados los 450 millones de dólares pagados. Christie’s, la sala de subastas que la vendió, reaccionó ante las críticas que se preguntaban qué queda- ba de la mano de Leonardo en la pintura, defendiendo los altos estándares éticos de la restauradora D.D. Modestini y de su trabajo de tres años.
Por otra parte, y en la medida en que Christie’s no ha dado a conocer al nuevo propietario del Salvator Mundi, las especulaciones sobre quién había detrás del teléfono aquella noche en Nueva York se han disparado. Especialmente después de un artículo al parisino Le Journal du Dimanche, donde se insinuaba que no había ningún coleccionista, sino dos fondos de inversión y un pool de museos con un montaje financiero muy sofisticado consistente en rentabilizar la inversión mediante la cesión de la obra en grandes museos. Pero este interesado artículo parece estar totalmente “teledirigido” por el fundador de la plataforma Artprice, el francés Thierry Arhmann. Ysi bien la historia puede ser cierta, otros insiders, como Brett Gorvy, hasta hace bien poco mano derecha del presidente de Christie’s, han apuntado a una gran corporación norteamericana.
Al margen de especulaciones, sí queda claro que la campaña de comunicación “El último Da Vinci” que ha habido detrás de esta venta ha sido impecable, con un emotivo vídeo alla maniera de Bill Viola, donde se mostraba la emocionada reacción de algunos espectadores al contemplar la pintura, sabiendo generar muy bien un cierto aire de momento histórico que al final se acabó cumpliendo.