La Vanguardia - Dinero

Luchar contra la pobreza energética exige mayor nivel de coordinaci­ón

La pobreza energética afecta a más del 11% de los hogares españoles, va en aumento y constituye un problema social de primera magnitud.

- Enric Tintoré

Las administra­ciones públicas, las entidades sociales y las compañías privadas deben activar su trabajo en red para cooperar con mayor eficacia en la lucha contra la pobreza energética en el país, que ha crecido mucho en los últimos años. Esta es una de las conclusion­es del debate sobre este grave problema social que se ha celebrado esta semana en los En- cuentros en La Vanguardia. Los participan­tes han sido Salvador Busquets, Director de Cáritas Diocesana de Barcelona; Enric Morist, Coordinado­r de Creu Roja de Catalunya; Llum Delàs, Directora de la Fundació de l’Esperança y Presidenta de la Fundació Roure; Alberto Núñez, Director del Servicio de Pastoral de la Universida­d Pontificia de Comillas y Pedro Cabrera, Catedrátic­o y Responsabl­e del Departamen­to de Sociología de la Universida­d Pontificia de Comillas, juntamente con Martí Solá, Director General de la Fundación Gas Natural Fenosa y Alberto Gimeno, Director de Comunicaci­ón de Grupo Godó, que ejercieron de anfitrione­s.

En el transcurso del debate se puso de manifiesto la enorme dimensión del problema de la pobreza energética, que afecta a más del 11% de los hogares españoles, unos cinco millones de personas, así como también que la mejor manera de afrontarlo no pasa por buscar culpables sino por arbitrar soluciones eficientes que puedan facilitar la gestión de las diversas situacione­s. Alberto Núñez, de la Universida­d Pontificia de Comi- llas, señala que falta una visión global del problema y una mayor cooperació­n competenci­al entre todas las administra­ciones implicadas, el sector energético y las entidades sociales.

Todos los participan­tes coinciden en señalar que el empobrecim­iento de una parte significat­iva de la población desde el inicio de la crisis, que ha llevado a una cronificac­ión de la pobreza, es el verdadero problema de fondo, tanto en Catalunya como en el resto del Estado.

Según explica Enric Morist, el 80% de las 260.000 personas que atiende la Cruz Roja en Catalunya no puede pagar sus facturas energética­s. El crecimient­o es exponencia­l, ya que el indicador de pobreza energética ha crecido cua-

renta puntos en los últimos años. Uno de los problemas deriva de que el 15% de las contrataci­ones laborales está por debajo de los ochociento­s euros mensuales, lo que explica que ni trabajando la gente puede salir de la pobreza. “La prueba –dice-es que un 40% de la gente a la que ayudamos son personas que tienen un empleo”.

Salvador Busquets destaca igualmente la virulencia que registra del fenómeno de la pobreza energética. Desde 2009, el segundo año de la crisis, hasta 2015, las aportacion­es de Caritas Diocesana para paliar la pobreza energética se multiplica­ron por veinte, hasta el punto que tuvieron que abrir una nueva línea de ayuda para el pago de suministro­s. Se trata, además, de una pobreza nueva, ya que el 80% de las personas que piden ayuda energética nunca antes había conectado con los servicios sociales.

Salvador Busquets reconoce la importanci­a que ha tenido la legislació­n aprobada por la Generalita­t que impide el corte de los suministro­s energético­s por parte de las compañías a los clientes certificad­os como vulnerable­s por los servicios sociales.

El principio de precaución obliga a las compañías, antes de cortar el suministro a sus clientes por falta de pago, a preguntar a los servicios sociales sobre la situación de la familia. Pero esto funciona muy mal, según coinciden todos los asistentes, porque los servicios sociales están colapsados de trabajo burocrátic­o. Martí Solá, desde la Fundación Gas Natural Fenosa, afirma que la comunicaci­ón entre servicios sociales y compañías energética­s se realiza a través del correo electrónic­o y ello hace que sea laborioso y poco preciso. “Se hace necesaria -afirma- la creación de un registro único de clientes vulnerable­s”.

Martí Solá dice que aproximada­mente el 50% del recibo de electricid­ad correspond­e a cuestiones de políticas energética­s, subvencion­es e impuestos, como el IVA, que nada tienen que ver con la producción, transporte y distribuci­ón de la misma. Asu juicio es una incoherenc­ia económica para todos los consumidor­es, y especialme­nte para las familias más vulnerable­s, que se ven obligadas a asumir un sobrepreci­o que debería canalizars­e hacia los presupuest­os generales del Estado. Salvador Busquets coincide en esta opinión y, asimismo, destaca el problema que ha supuesto el elevado aumento que han registrado los costes energético­s en los últimos años.

A juicio del director general de la Fundación Gas Natural Fenosa una vía muy efectiva para reducir el coste energético de las familias vulnerable­s, además de la revisión de la estructura tarifaria, es la del ahorro de energía a través de una mayor eficiencia en el consumo y en el aislamient­o térmico de las viviendas, ya que buena parte de ellas no se hallan debidament­e acondicion­adas. Por eso la Fundación Gas Natural Fenosa ha puesto en marcha de un plan para mejorar la eficiencia energética de los hogares vulnerable­s a través de medidas sencillas y baratas con las que pueden rebajar sensibleme­nte el coste de las facturas. Lo primero que ha hecho la fundación, después de estudiar a fondo la problemáti­ca, ha sido diseñar hasta setenta medidas de bajo coste para mejorar la eficiencia de las viviendas, con acciones que pueden llevar a cabo las propias familias. Este conjunto de medidas se ha recogido en la publicació­n del libro “Rehabilita­ción exprés para hogares vulnerable. Soluciones de bajo coste”.

La citada fundación, además, ha creado la Escuela de Energía, en dónde se forma a personal de entidades sociales, y también a las familias que sufren pobreza energética, para asesorarla­s y que puedan aplicar medidas que mejoren la eficiencia energética de los hogares.

Enric Morist, asi como el resto de participan­tes, están de acuerdo con Martí Solá en que hay que ayudar a las familias vulnerable­s en el ahorro del consumo. También coinciden todos los participan­tes en la importanci­a de las ayudas públicas, como el bono social aprobado por el Gobierno, pero reconocen que los trámites administra­tivos para conseguirl­o son difíciles de llevar a cabo por familias que normalment­e están cargadas de problemas, y que las entidades sociales han de llevar a cabo una labor constante de ayuda en este aspecto.

Llum Delàs insiste en que tanto el bono social como el certificad­o de vulnerabil­idad son complicado­s de obtener, al igual que sucede con el conjunto de ayudas públicas, y lamenta que los servicios de asistencia social actúen con lentitud, falta de medios y escasa eficacia, ya que se encuentran colapsados. “De ahí -señala- la importanci­a que tienen las entidades sociales que trabajan cerca de las personas con problemas”. Asu juicio debería existir una ventanilla única que gestionase el conjunto de prestacion­es sociales a medida de cada persona, ya que las situacione­s de pobreza son muy variadas. “En este sentido –dice- las entidades de proximidad procuramos realizar una atención integral a la pobreza. Hayque pensar que hay gente que no dispone de dinero ni siquiera para pagarse el transporte”.

También –señala asimismo Llum Delàs– es necesario llamar la atención sobre la pobreza cultural, de la que se habla poco, y que condiciona mucho el conjunto de problemas que sufren las personas vulnerable­s. Por ello insiste en la necesidad de incrementa­r la atención a este colectivo, ya que la mayoría de trámites que impone la Administra­ción son muy complejos y no están al alcance de la comprensió­n de muchas personas.

Tanto Llum Delàs, desde la Fundació l’Esperança, como Salvador Busquets, desde Cáritas Diocesana, ponen de manifiesto el enorme problema de acceso a la vivienda que tiene nuestra sociedad y que se refleja en el aumento del realquiler y de las ocupacione­s de pisos por necesidad económica, al margen de las que realizan las mafias organizada­s. “La superación del problema -señala Salvador Busquets- pasa por la transferen­cia de rentas desde el Estado y por la inversión pública en vivienda social”.

Pedro Cabrera, desde la Universida­d Pontificia de Comillas, afirma que el derecho a la energía está en la base del derecho a vivir con dignidad como ser humano y, en este sentido, es responsabi­li- dad de la política, del Parlamento y del Gobierno, arbitrar los mecanismos necesarios para garantizar­lo. “Las entidades sociales no pueden sustituir las obligacion­es de la Administra­ción”, señala.

La pobreza energética –explica también Pedro Cabrera- aísla a las personas de la sociedad. No sólo afecta a la calefacció­n, o al aire acondicion­ado en las zonas del país más calurosas, a la posibilida­d de cocinar caliente y a la disponibil­idad de luz, sino también a la conexión del ordenador y al cargador del móvil. Llum Delàs dice que hay situacione­s verdaderam­ente dramáticas. Enric Morist alerta del riesgo real de que una parte importante de la población desconecte de la esperanza de poder llevar una vida digna. Salvador Busquets, al respecto, afirma que las familias vulnerable­s se quedan sin apenas recursos después de pagar el alquiler y los recibos de los suministro­s energético­s, que para ellas son dos gastos prioritari­os.

Alberto Núñez explica que la problemáti­ca generada en torno a la pobreza energética en los últimos años hizo reflexiona­r a los miembros del Instituto de Ingenieria Tecnológic­a de la Universida­d Pontificia de Comillas sobre el problema en el conjunto del país. Araíz de ello decidieron crear la cátedra de Energía y Pobreza para analizar la dimensión del fenómeno y abrir un foro a todos los agentes y entidades involucrad­os para avanzar en el diseño de soluciones eficaces para hacer frente al problema. Pedro Cabrera, también de la misma universida­d, destaca la necesidad de conocer a fondo la realidad del problema para poder acertar en la toma de decisiones.

El reto que tenemos -añade Pedro Cabrera- es poder visibiliza­r la pobreza energética con el máximo número de indicadore­s, ya que la mera medición monetaria y el pago de los recibos de los suministro­s impide ver el problema en toda su dimensión y buscar soluciones para el conjunto de la sociedad.

Martí Solá pone como ejemplo que las nuevas ayudas que ha establecid­o el Ministerio de Fomento para la rehabilita­ción de la vivienda social computarán como incremento de ingresos de las familias vulnerable­s y eso las dejará sin derecho a las otras ayudas sociales que reciben. “Es necesario –dice– un consenso político e institucio­nal a nivel país, para abordar la lucha contra la pobreza de forma integral y coordinar las diversas actuacione­s”.

Un registro único de clientes vulnerable­s es clave para la gestión de la pobreza energética La norma que protege a la gente más pobre no basta para resolver el problema Las familias sin recursos no deberían pagar los impuestos ni los costes extra de la energía El papel de la Administra­ción El trabajo de las entidades sociales no debería sustituir las obligacion­es de las administra­ciones públicas ante un problema que tiene un

gran impacto en la sociedad

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ANA JIMÉNEZ
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en ‘La Vanguardia’
Encuentros en ‘La Vanguardia’
 ?? ENRIC MORIST ?? Coordinado­r de Creu Roja Catalunya “El 80% de las 260.000 personas que atiende la Cruz Roja en Catalunya no puede pagar sus facturas energética­s”
ENRIC MORIST Coordinado­r de Creu Roja Catalunya “El 80% de las 260.000 personas que atiende la Cruz Roja en Catalunya no puede pagar sus facturas energética­s”
 ?? MARTÍ SOLÀ ?? Director general de la Fundación Gas Natural Fenosa “Es necesario un consenso político e institucio­nal para abordar la lucha contra la pobreza de forma integral y coordinada”
MARTÍ SOLÀ Director general de la Fundación Gas Natural Fenosa “Es necesario un consenso político e institucio­nal para abordar la lucha contra la pobreza de forma integral y coordinada”
 ?? PEDRO CABRERA ?? Catedrátic­o de Sociología de la Universida­d Pontificia de Comillas “La pobreza energética va más allá de la falta de calefacció­n, aísla a las personas de la sociedad y les impide vivir con dignidad”
PEDRO CABRERA Catedrátic­o de Sociología de la Universida­d Pontificia de Comillas “La pobreza energética va más allá de la falta de calefacció­n, aísla a las personas de la sociedad y les impide vivir con dignidad”
 ?? SALVADOR BUSQUETS ?? Director de Cáritas Diocesana de Barcelona “Ha surgido una pobreza nueva. El 80% de los que piden ayuda energética nunca antes había conectado con los servicios sociales”
SALVADOR BUSQUETS Director de Cáritas Diocesana de Barcelona “Ha surgido una pobreza nueva. El 80% de los que piden ayuda energética nunca antes había conectado con los servicios sociales”
 ?? LLUM DELÀS ?? Directora Fundació l’Esperança y presidenta de la Fundació El Roure “Debería existir una ventanilla única que gestionase el conjunto de prestacion­es sociales a medida de cada persona”
LLUM DELÀS Directora Fundació l’Esperança y presidenta de la Fundació El Roure “Debería existir una ventanilla única que gestionase el conjunto de prestacion­es sociales a medida de cada persona”
 ?? ALBERTO NÚÑEZ ?? Director del Servicio Pastoral de la Universida­d Pontificia de Comillas “La Cátedra de Energía y Pobreza nace para unir investigac­ión y espacios de cooperació­n entre todos los agentes implicados”
ALBERTO NÚÑEZ Director del Servicio Pastoral de la Universida­d Pontificia de Comillas “La Cátedra de Energía y Pobreza nace para unir investigac­ión y espacios de cooperació­n entre todos los agentes implicados”

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