La Vanguardia - Dinero

El coste de oportunida­d

La declaració­n unilateral de independen­cia tuvo un coste irrecupera­ble en la economía que ya pertenece al pasado y no debería influir en nuevas decisiones

- Mariano Guindal Madrid

Las primeras nociones que se aprenden en economía indican que cuando se toma una decisión hay que pagar un coste, medido o no en dinero, de aquello a lo que se harenuncia­do. Esel llamadocos­te deoportuni­dad. Cuandoelpa­sado 27 de septiembre de 2015 el electorado catalán decidió elegir a Junts pel Sí, la candidatur­a unitaria de CDCyERC, para que gobernase con el apoyo de la CUP, apostó por la independen­cia cueste lo que cueste. Pues bien uno de esos costes que había que pagar era abandonar la estabilida­d política.

La pérdida de la estabilida­d se ha podido visualizar en la decisión de no ubicar en Barcelona la Agencia del Medicament­o o en el cambio de sede social de las 2.500 empresas de mayor tamaño de Catalunya. Aunque el mayor coste no está siendo ése, sino el daño reputacion­al de la “Marca Barcelona”, que según José Luis Bonet “está muerta”. Si a esto se añade la fractura social o la insegurida­d jurídica, habrá que admitir que el coste está siendo muy alto. Probableme­nte, una parte muy importante del electorado no era consciente del coste de oportunida­d que habría que pagar. Pero ya no se puede decirlo mismo de cara alaspró- ximas elecciones. Ahora todo el mundo sabe lo que está en juego.

Pero dicho precio, aun siendo importante, es muy pequeño para lo que todavía puede pasar a partir de los resultados que se obtengan en las elecciones del 21 de diciembre. Según todos los sondeos de opinión, salga lo quesalga todo parece indicar que la inestabili­dad está asegurada para un largo periodo de tiempo. Dicho resultado volverá a ser letal para Catalunya y, de rebote, para España. Desde hace dos años es como si todos estuviésem­os secuestrad­os por el “procés”.

En la medida en que esta situa- ción se prolongue, se mantendrá el parón reformista necesario para adaptarnos a la nueva situación que está viviendo el mundo. Estamos perdiendo un tiempo, un talento y unas energías preciosas en la toma de decisiones, tanto por parte de la sociedad civil como del sector público. El llamado “problema catalán”, unido a la inestabili­dad política producida por la ruptura del bipartidis­mo imperfecto parece habernos llevado a un callejón sin salida. Y antes o después lo tendremos que pagar en forma de menor crecimient­o y mayor desempleo.

Como diría un economista, nuestras decisiones del pasado son los costes irrecupera­bles que no deberían in fluir cuando tengamosqu­e decidir a quién votar en el futuro. Es como el estudiante que decide ir al cine en lugar de estudiar para el examen. Los costes irrecupera­bles son que sacará peores notas. Pero a pesar de que somos consciente­s de la imposibili­dad de recuperar los costes del pasado, influyen inevitable­mente sobre las nuevas decisiones de las personas cuando la alternativ­a elegida había resultado ser un error. El estudiante se quedará en el cine, aunque la película no le guste, por lo que cometerá un doble error: ni disfruta de la película ni recupera el tiempo para estudiar.

Mucha gente es incapaz de asumir sus errores y elige volver a equivocars­e. Si los electores siguen votando lo mismo y los dirigentes políticos son incapaces de asumir sus equivocaci­ones, el precio que tendremos que pagar de nuevo será altísimo.

 ?? ÀLEX GARCIA ??
ÀLEX GARCIA
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain