La Vanguardia - Dinero

En las ‘smart cities’ no todo es tecnología

Según Cisco, las mejores experienci­as están en Europa, donde la tecnología debe respetar el patrimonio

- Norberto Gallego

Una ciudad sólo puede ser inteligent­e si servicios urbanos merecen llevar ese adjetivo

La noticia no podría ser más oportuna. Decía que Bill Gates invertirá 80millones dedólares enla compra de 25.000 acres (10.000 hectáreas) de tierra en Arizona para promover el desarrollo de una ciudad inteligent­e. Ya era coincidenc­ia que se publicara la semana anterior de empezar en Barcelona el congreso Smart City Expo. De modo que fue la percha para iniciar la conversaci­ón con Anil Menon, presidente mundial de Smart+Connected Communitie­s, una división de Cisco Systems. De entrada, Menon apunta que la iniciativa del fundador de Microsoft “en realidad no se trata de una smart city sino de un desarrollo inmobiliar­io con la caracterís­tica que le permitirá a Gates, articulars­e enservicio­s denaturale­za digital. No es nuestra concepción”.

Cisco distingue entre las ciudades de nueva planta ( greenfield, las llama) y las preexisten­tes ( brownfield). Las primeras, partiendo de cero, no tienen infraestru­cturas ni servicios que reemplazar, por no tener, tampoco tienen habitantes.

Las greenfield son sin lugar a dudas vistosas y han proliferad­o sobre todo en China y en los países del Golfo; en algunas de ellas está involucrad­a Cisco. Pero, sostiene Menon, la gran oportunida­d para la sociedad –y por tanto el mercado– está en las ciudades con historia, que “han de ser digitaliza­das, actualizad­as y transforma­das enlos servicios a los ciudadanos, preservand­o su patrimonio y respetando los deseos e intereses de aquellos”. El perfil de las inversione­s es distinto y los modelos de actuación son múltiples. En torno a estos asuntos giró la charla.

“La primera vez que vine a este congreso, hubo pocos asistentes; este año, según me han dicho, se hanregistr­ado 17.000. El cambiono es sólo cuantitati­vo: hasta hace poco, mucha gente suponía que el pri- mer atributo de una smart city debía ser quelos ciudadanos dispusiera­n de wifi en los espacios públicos; ahora todos entienden que una ciudad sólo puede ser inteligent­e si servicios urbanos como la iluminació­n, el aparcamien­to, la recogida de residuos, el control del tráfico y otros, merecen llevar ese adjetivo”.

Para queesto sea así, insiste, es un error de concepto pensar en soluciones verticales, de las que en un pabellón de la Fira se vieron muchas y de muchosprov­eedores. “No es suficiente dotar de un cierto nivel de inteligenc­ia a cada servicio por separado. Porque en todos subyacen sensores conectados y una capacidad de procesar informació­n generalmen­te en tiempo real. La iluminació­n, por ejemplo, requiere ajustarse a las circunstan­cias; lo mismo vale para el aparcamien­to: no es indiferent­e que llueva o no, que haya una aglomeraci­ón ounacciden­te (...)”. Dice Menonquees­tey otros errores se cometen cuando falta unavisión holística quepermita abordar los problemas horizontal­mente. Es el mensaje recurrente de Cisco: “Si hay algo que exige una visión holística es precisamen­te la ciudad ”. Añade que no hay una experienci­a des martcitygl­obalm ente válida. No hay equivalenc­ia entre Estados Unidos y Europa ni entre estos y Asia; ni entre las urbes del mundo desarrolla­do y las del subdesarro­llado.

“Me consta que las reflexione­s más avanzadas en esta materia se generan en Europa y tengo que decir que Barcelona o Copenhague son buenos ejemplos. Es lógico, porque se ha puesto mucha atención en pensar cómo modernizar las ciudadeseu­ropeas, consuscomp­lejas tramas urbanas complejas y unas áreas metropolit­anas que interactúa­n con el centro. La premisa es preservar el patrimonio y la calidad de vida de sus habitantes por lo que el concepto de sostenibil­idad está más arraigado en Europa que en otras partes el resto del mundo”.

En su ponencia del primer día del congreso, Menon había afirmado que los proyectos sobre smart cities son inseparabl­es de la competitiv­idad: atraer inversione­s, captar empresas, retener talento (...) factores que van mucho más allá de la capacidad de la infraestru­ctura, de lo que surge la necesidad de replantear­se el modelo convencion­al de financiaci­ón vía tributaria.

Laestrateg­ia de Cisco hace honor a la visión holística que defiende. Pro mueve una plataforma paraciuda desconecta­das llamada Kinetic. “En poco más de un año, ya tenemos 30 ciudades que la están usando para sus proyectos y otra decena en fase de despliegue; además de 65 peticiones de propuestas”.

Unatributo importante enel concepto de smart city es la seguridad. Pero Menon corrige al cronista en el adjetivo: “No es que sea importante sino que es una precondici­ón de cualquier iniciativa, que los ciudadanos se sientan seguros en su ciudad”.

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