El Gòtic, vivir en el corazón de Barcelona
El Gòtic se ha revalorizado mucho en los últimos años, impulsado por los clientes extranjeros
Natàlia Bosch
El Gòtic es el núcleo másantiguode Barcelona y el centro histórico por excelencia. Callejear por este barrio es lo más parecido a una clase de historia a cielo abierto, porque fue aquí donde hace unos dos mil años los romanos fundaron Barcino. Y los rastros de aquella ciudad romana son aún visibles.
Gentrificación del centro histórico
Precisamente esta riqueza histórica es uno de los mayores atractivos del barrio. Sobre todo para los extran- jeros que viven en Barcelona. "El Gòtic les fascina. Sus callejuelas estrechas, las plazoletas, rincones con encanto... Y la tipología poco convencional de pisos. Ven esos techos altos, con vigas o bóveda tabicada, los suelos con mosaico, las paredes de ladrillo... y se enamoran", explica Cristina Alabart, directora del equipo de Ventas de Barcelona y Sant Just de aProperties. Pero mientras el extranjero se desvive por instalarse en El Gòtic, los de aquí se desviven... pero por salir de él. "Hay propietarios que llevan toda la vida en el barrio y deciden vender debido a la masificación de turistas y lo que esto comporta. El ruido, tanta gente en la calle, la desaparición del tejido comercial de siempre yla proliferación de tiendas para turistas... les agobia y prefieren irse", afirma Sandra Navarro, responsable de esta zona de Lucas Fox.
Sin embargo, y a pesar de la gentrificación del barrio, aún hay demanda local: "Representan un
30% de nuestras ventas, pero es un perfil de comprador muy es
pecífico: suelen ser singles o parejas jóvenes sin hijos y con un talante un tanto bohemio. ¿Las familias? Son una minoría, en general prefieren barrios más convencionales, con más servicios y menos follón", sostiene Alabart.
Escalada de precios
Tanto desde aProperties como desde Lucas Fox coinciden en destacar la escalada de precios que ha vivido el barrio en los últimos años. "Hace un año, el precio medio del metro cuadrado de un piso para reformar rondaba los 2.800 €. Hasta hace poco, podía escalar hasta los 4.200 €", explica Navarro. Estos precios aún se disparan más cuando el piso está totalmente rehabilitado. "En El Gòtic se han realizado rehabilitaciones de edificios enteros espectaculares. Y si el piso conserva elementos originales, el precio puede escalar hasta los 7.000 €/m2. Según qué zonas de El Gòtic son máscaras, proporcionalmente, que algunas de la zona alta".
Precisamente los pisos de origen son una joya muy buscada y deseada, sobre todo por los inversores. "Son pisos con muchísimo potencial que cuando aparecen se venden en horas. Son los pisos que quieren los inversionistas. Los compran a bajo precio, los rehabilitan y después los venden o los alquilan", explica Navarro, aunque puntualiza que esos chollos apenas existen, porque los propietarios cada vez son másconscientes del valor que tiene su piso. "El Gòtic, aunque no lo parezca, es muy barrio, los vecinos se conocen. Y cuando Pepe vende, Manuel, que también quiere vender, sabe de inmediato por cuánto lo ha vendido".
Las viviendas y zonas más buscadas
En general, los pisos en El Gòtic están entre los 80 y los 130 m2. Alabart explica, además, que cuando un grupo inversor compra todo un edificio para rehabilitarlo, suele parcelar los pisos más grandes, porque el perfil de comprador es de viviendas más pequeñas. Eso no quita que los principales, que pueden llegar a los 200 m2, sean de los pisos más deseados. Según Navarro, suelen tener menos luz –las calles son en general estrechas–, pero si el edificio no tiene ascensor, y es habitual, se evitan las escaleras.
En cuanto alas zonas más de mandadas, tanto Navarro como Alabart coinciden en destacar el auge de las calles adyacentes al Soho House, como Ample o Josep Anselm Clavé. "Desde su apertura, se ha revalorizado mucho la zona. Además, son calles más anchas y también más luminosas", afirma Navarro. Otras calles muy buscadas son los alrededores de la catedral, la plaza del Pi, la deSantJaume, la calle Avinyó oLladó. Yen el otro extremo está la calle que (casi) nadie quiere: Escudellers. "Es muy ruidosa y cuesta mucho de vender", afirma Navarro.