Una ‘start-up’ crea una moneda virtual para luchar contra el cambio climático
Dos emprendedores españoles crean el climatecoin, una especie de bitcoin contra el calentamiento global
Mientras el bitcoin –la criptomoneda o moneda virtual más conocida– está en plena ebullición, dos emprendedores españoles han puesto en marcha la primera divisa digital contra el cambio climático. Bautizada como climatecoin, esta nueva criptomoneda basa su valor en la incentivación de negocios medioambientalmente responsables. Su meta es convertirse en una herramienta contra el calentamiento global.
“El climatecoin busca democratizar la lucha contra el cambio climático”, afirma Juan Boluda, uno de los fundadores y director de operaciones de la iniciativa. “Cualquier persona puede comprar climatecoins y contribuir con su adquisición en la batalla para salvar el planeta”, explica Boluda.
Los inversores interesados ya pueden comprar los primeros climatecoins, que salieron a la venta el pasado 30 de noviembre y estarán disponibles hasta el 1 de enero. En esta oferta inicial de monedas (ICO-International Coin Offerings, una especie de salida a bolsa, pero en internet), el objetivo es colocar hasta 255 millones de estas divisas (el 51% del total creado). “Los climatecoins se pueden obtener a cambio de ethers”, otra moneda virtual, explica el director de operaciones. “A partir del 1 de enero, los climatecoins pasarán a cotizar en un mercado de criptomonedas”, añade el cofundador de la divisa.
La fundación sin ánimo de lucro encargada del sistema seleccionará proyectos empresariales que tengan un impacto real positivo sobre el medio ambiente. Además, “los climatecoins estarán vinculados con los derechos de emisión de CO2 ”, explica Boluda.
Como resultado, los participantes en esta iniciativa podrán obtener un retorno económico, ya que además del ingreso que los particulares puedan generar por la negociación con esta criptomoneda, la plataforma repartirá un porcentaje del beneficio obtenido. En referencia a los temores que el bitcoin resulte ser una burbuja a punto de estallar, Boluda asegura que no hay nada que temer por lo que respecta al climatecoin.
La nueva divisa virtual se basa en la tecnología blockchain o cadena de bloques, que permite que se hagan transacciones de forma descentralizada sin que exista un banco central que gestione la política monetaria o que pueda en un momento dado sostener la cotización. El valor de las criptodivisas se fija en el mercado en función de la oferta y la demanda, pero no hay detrás un organismo como puede ser el Banco Central Europeo o la Reserva Federal estadounidense.
Con el objetivo que el climatecoin se convierta en un referente mundial en la lucha contra el cambio climático, los impulsores de la iniciativa han establecido su sede en el Crypto Valley de Suiza. Se trata de una especie de Silicon Valley para empresas emergentes que operan e innovan en el mundo de las tecnologías blockchain y la criptografía. Tienen previsto también crear una sede en España, ya que ambos emprendedores son españoles.
La otra cara de las criptomonedas Al no estar vinculados a ningún banco central, las monedas vir- tuales se crean y respaldan en superordenadores ubicados en centros de información que consumen una gran cantidad energía, según denuncia el meteorólogo Eric Holthaus en un artículo publicado esta semana por el sitio de noticias ambientales Gist.
La divisa virtual más conocida, el bitcoin, usa cerca de 32 terawatts de energía cada año, suficiente para dar energía a cerca de tres millones de viviendas estadounidenses, de acuerdo con el Índice de Consumo de Energía de bitcoin, publicado por Digicono- mist, sitio web enfocado a las monedas digitales. En comparación, procesar las miles de millones de transacciones Visa que tienen lugar cada año consume lo mismo que sólo 50.000 viviendas estadounidenses, de acuerdo con la misma fuente.
Esta demanda energética no para de aumentar debido tanto al imparable ritmo del bitcoin, que va de récord en récord de cotización, comoporel creciente número de monedas digitales (el último en sumarse ha estado el Gobierno de Venezuela).