EXPOSICIÓN FENÓMENOS ATMOSFÉRICOS, REVERBERACIONES POÉTICAS
‘Sin título’ Obra de Prudencio Irazábal | Galería Pelaires | Palma | Precios de 13.000 a 35.000 euros | Tel. 971 72 03 75
Carlos García-Osuna
Prudencio Irazábal (Puentelarrá, Álava, 1954) estudió Bellas Artes en Sevilla y Barcelona, donde se licencia en 1979. Fue becado durante dos cursos por la Diputación Foral de Guipúzcoa para estudiar litografía en Nueva York, influyéndole significativamente el contexto artístico-cultural de la ciudad norteamericana en el desarrollo de su futura peripecia creativa.
Al final de la década de los ochenta y comienzos de los noventa de la pasada centuria Irazábal usa los matices en una fusión de carácter ambivalente entre figuración y abstracción cuando la realidad pintada está a caballo entre ambos parámetros en un intento por complementar y oponer el mundo y su representación.
Aposteriori, sus obras plásticas se entendían como metáforas de la piel humana y para definir aún más esta filosofía su exposición de la galería Koplin de Santa Mónica de 1992 fue titulada Summa Pellis, donde la antropología nos transportaba a la semántica como si esos cuadros debiesen ser descifrados como incisiones epidérmicas que marcan un territorio con un mensaje imborrable.
En los albores del siglo XXI el artista vasco plantea un diálogo entre la pintura y las fuerzas de la naturaleza que cada vez adquieren mayor importancia en el tono lírico con que dota a sus composiciones, siempre abiertas a transitar por el espacio de la imaginación y por tanto la multiplicidad hermenéutica de un discurso que va superponiendo capas filosóficas al tiempo que disminuye la materia con la que se construyen estas metarealidades que siguen afirmándose en las sugerencias más que en concreciones de una imagen.
Las obras de la exposición palmesana se desarrollan conceptualmente a partir de su investigación sobre las posibili- dades de deconstrucción y materialización del pensamiento cromático que inició en Nueva York en 1990. Tide Marks, que es el rubro de esta muestra, se configura para nuestra mirada en un espacio narrativo al que hay que sumar el significado simbólico de las mareas ondulantes que se balancean. Los colores modelan la luz al extenderse sobre la tela horizontal a base de capas translúcidas superpuestas, reflejándose en estas composiciones el protagonismo de la incidencia iluminadora natural, los fenómenos atmosféricos y los espacios exteriores, todo matizado por reverberaciones de indubitable marchamo poético.