Un lugar en la industria del futuro
El tránsito al coche eléctrico, digital y autónomo revolucionará la producción
La industria del automóvil encara su transformación hacia las nuevas tecnologías, marcadas por la introducción del vehículo eléctrico, la digitalización y la conducción autónoma. En España, octava potencia mundial del sector y que cuenta con una sólida actividad tanto de fabricación final devehículoscomo de componentes, las cosas andan, en general, más atrasadas que en sus más directos competidores. Desde las empresas se advierte que, nunca mejor dicho, hay que ponerse las pilas para no quedarse atrás.
“En las próximas fechas llegarán más modelos a nuestras factorías, muchos de ellos con versiones eléctrica somo vidas por gas ”, recuerda Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de la patronal de fabricantes Anfac. “España se va posicionando, también industrialmente, en esta transición hacia el nuevo modelo de movilidad inteligente de cero y bajas emisiones –añade–. Y esta transición tenemos que manejarla con pericia, dando un nuevo impulso ala política industrial, para que el cambio sea rentable social, medioambiental y económicamente”.
Urge afrontar esta transformación porqueseestá acelerando a escala mundial. “La tecnología que llega es muy distinta a la actual, cambiará muchos componentes y los trabajadores deberán reciclarse”, expone Josep Maria Vall, presidente del Clúster de la Industria de la Automoción de Catalunya (CIAC), que reúne a más de 200 empresas vinculadas a este sector, que, enCatalunya, datrabajo aunas 90.000 personas y representa el 7% del PIB (en el conjunto de España suponeel8,6%, condatosdel2016). “Las empresas que no comiencen a adaptarse ya a esta situación –asegura– perderán el tren”, porque “a corto plazo, en tres ocinco años, estas tecnologías ya afectarán” y “el cambio será total en los próximos quince en todo el mundo”.
La respuesta a este reto pasa, en gran medida, por adaptar la formación técnica, a juicio de Vall, porque“la industria busca enel mercado muchos perfiles profesionales que no encuentra”. Para ello, propone dar un impulso a la formación profesional y a los estudios universitarios de ingeniería relacionados con la automoción, en colaboración con las empresas. “Si hoy ya sufrimos este déficit, ¿qué pasará dentro de diez o quince años?”, se pregunta el presidente del CIAC.
En este escenario, la industria de los componentes jugará un papel importante. Ahora ya hay empresas españolas punteras que están adaptándose. Este subsector espera cerrar este año 2017 con un crecimiento en ingresos del 7%, hasta sobrepasar los 36.000 millones de euros, y del 3% en la creación de empleo, unos 7.000 másqueunaño antes, según la previsión de la patronal Sernauto. El crecimiento de esta industria, en gran medida exportadora, va de la mano de la del conjunto de la automoción a nivel global.