Nuevas galerías
Las galerías son faros de cultura en la ciudad. A menudo, la primera llave de entrada de muchos ciudadanos al arte contemporáneo. Por eso son tan importantes. Apesar de los estragos de la dura y larga crisis, han resistido abiertas, luchando por posicionar a sus artistas sin un coleccionismo potente ni unas instituciones que si bien articulan un ecosistema artístico, no tienen una política de adquisiciones que ayude a defender la creación.
Barcelona, que no es una ciudad que se caracterice por ser sede de sucursales de galerías internacionales, está viendo aparecer en este último año y medio largo una decena de galerías alternativas que enriquecen el circuito, por donde artistas emergentes entran en el mercado. Con una estética industrial, lejos del usual cubo blanco, nacen al margen de los centros clásicos de galerías. Dirigidas por gente muy joven e ilusionada con transmi- tir su pasión por el arte contemporáneo, son conscientes, sin embargo, que este es un camino difícil.
Galerías como la vibrante Bombon Projects, que desborda frescura e ilusión, cerca de Mutuo-Centro de Arte, que funciona como espacio de producción artística, o Lab 36, la galería joven de Senda, todas por la calle Trafalgar. Oen el Poble Sec, con Projekteria, especializada en fotografía, o la galería taller Àcid Sulfúric, que cuestiona los modelos políticos y económicos. Por Gràcia, Cromo, especializada en ilustración, o Fifty Dots Gallery, que estrena nueva sede para la fotografía. Yen el Raval, Hans and Fritz, con sede también en Copenhage, Bien Cuadrado, en el Gòtic, o Dada-Objet trouvé, en la calle Pallars, especializada en diseño del siglo XX.
Esperamos que sean ejemplo de viabilidad para nuevas realidades que tienen que germinar, y la semilla que en los próximos años articule un coleccionismo joven comprometido con el arte más emergente y con la propia ciudad. ¡Ahora tenemos que apoyarlas!