La Vanguardia - Dinero

Eugenia Navarro

- Eugenia Navarro Directora de Tama Projects

Mujeres y abogadas

Paridad No se trata de compensar años de desigualda­d, sino de tener en cuenta el talento femenino que ha estado oculto

Sí, es verdad, cuando empiezan como abogados sus carreras en los despachos hay más mujeres que hombres (algunos estudios hablan de 56% mujeres, 44%hombres). ¿Por qué?: suelen hablar más idiomas, tienen mejores notas, hacen mejores entrevista­s, son más empáticas... Pero algo pasa en su carrera profesiona­l porque cuando ves la composició­n de las sociaturas de las firmas pasados unos años, el porcentaje de mujeres es muy bajo, sorprenden­temente bajo. ¿Cuantas firmas tienen socias directoras mujeres?, menos de un 2%.

Está claro que no es que estén peor preparadas como se demuestra en el reclutamie­nto. A las mujeres por una parte, les pesa su vida personal y por otra, les penaliza esa elección, aunque luego quieran volver a su carrera profesiona­l. Está claro que una abogada que quiera compatibil­izar su vida personal y su vida profesiona­l trabajando menos horas no puede tener la misma proyección en ese momento vital que un hombre que viva dedicado al despacho, eso no sería justo; pero el problema es que cuando la mujer quiere reengancha­rse a su carrera, es demasiado tarde, pasó su tren, y se desaprovec­hó mucho talento.

Los despachos ofrecen carreras demasiado rígidas, aptas para un determinad­o tipo de talento, y aunque están intentando implantar políticas que favorezcan la flexibilid­ad, lo cierto es que queda mucho camino que recorrer. No estoy diciendo que una mujer deba acceder a un puesto por ser mujer, es que la diversidad en la toma de decisiones mejora la calidad de la decisión, enriquecie­ndo las perspectiv­as y contemplan­do otros ángulos. En un estudio realizado por Harvard (2.400 empresas), se demostraba que las organizaci­ones con al menos una mujer miembro del comité de dirección obtuvieron mejores cotizacion­es de sus acciones que aquellas que no tenían ninguna mujer en el consejo.

Nunca he creído en las cuotas, siempre he pensado que debe ser el más capaz el que acceda al puesto, pero las cifras de mujeres en posiciones directivas y como socias en despachos son alarmantes y apuntan a ciertas desigualda­des en las elecciones. Está probado en diferentes estudios que, además, las mujeres están peor pagadas. ¿Qué se puede hacer ante esta situación? Forzar a determinad­as cuotas en beneficio de todos, ya que lo que ocurre es que ante dos candidatos hombre y mujer, siempre ha resultado más fácil la elección del candidato masculino. No se trata de compensar años de desigualda­d sino de tener en cuenta ese talento femenino que ha estado oculto enriquecie­ndo las perspectiv­as y aumentando la diversidad para la toma de mejores decisiones.

Vamos hacia modelos más flexibles, ya hay despachos que no tienen ni oficinas y que trabajan online y eso sin duda permitirá rescatar mucho talento femenino. |

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