¿Dará el pistoletazo de salida el BCE?
Los primeros compases del año en los mercados financieros han estado marcados por un positivo arranque de las principales bolsas, apoyadas en unos datos de actividad mundiales alentadores. La fortaleza del ciclo expansivo que estamos atravesando nos permite confiar en un buen desempeño de los activos de riesgo en la primera mitad del año y, por ello, la renta variable sigue siendo el activo con mejores perspectivas. Sin embargo, una de las grandes incertidumbres de cara a los próximos meses se centra en la política monetaria y, sobre todo, en el ritmo que imprimirán los principales Bancos Centrales en sus estrategias de salida. En este punto, la semana que comienza dará inicio a la primera ronda de reuniones de las autoridades monetarias de 2018 y el BCE será el primero en mover ficha. Las últimas comparecencias de miembros del BCE y las propias actas de la reunión de diciembre, dejaron mensajes menos claros de los que nos tenían acostumbrados desde la autoridad presidida por Draghi. Se percibió un cierto cambio de tono al señalar la necesidad de ir ajustando su mensaje (“forward guidance”) ya en los próximos meses, lo que provocó una reacción contundente: en renta fija tuvimos un repunte de los tipos de interés de la deuda alemana y su consecuente caída en precio. Solamente en estas tres últimas semanas, el bono a 10 años germano acumula pérdidas del -0,7%. Una clara muestra de que este año los denominados activos “libres de riesgo” se enfrentan a un escenario complejo y con elevadas probabilidades de pérdidas para los tenedores de deuda pública de mayor calidad crediticia. También en el mercado de divisas hemos registra- do movimientos relevantes, con la moneda única reanudando su apreciación, alcanzando niveles del 1,23 euro/dólar. La revisión de las expectativas sobre la futura política monetaria, que incluso asignan ya una probabilidad por encima del 50% a que el BCE eleve el precio del dinero antes del final de este año, impulsaron la moneda única. De cara a la reunión del 25 de enero cabe preguntarse, por tanto, si el BCE comenzará a preparar el mercado para una aceleración de su estrategia de reducción de estímulos, es decir, ¿dará ya en enero el pistoletazo de salida el BCE? Todavía parece muy prematuro un cambio claro del tono de la autoridad monetaria. Si miramos las cifras de inflación, el IPC de la Eurozona cerró el año pasado en 1,4% interanual y la subyacente en 0,9%, lejos por tanto de la meta del BCE del 2%. Además, niveles del euro-dólar por encima del 1,20 euro/dólar tendrán también efectos negativos sobre la inflación europea, complicando así la retirada de estímulos del BCE. Por todo ello, nuestro escenario central para la evolución de la política monetaria del BCE no ha cambiado y lo más probable es que Draghi vuelva a preferir ganar tiempo manteniendo un discurso cauto al menos hasta marzo, cuando tendremos las previsiones macroeconómicas de la autoridad. En nuestra opinión, el BCE seguirá incrementando su balance con compras de activos (30.000 M€ mensuales) hasta al menos septiembre y, solo tras finalizar compras, comenzaría a plantearse subir tipos. De confirmarse las expectativas, también deberíamos ver un freno en la apreciación del euro hasta niveles por debajo del 1,20 euro/dólar y, por ello, nos sigue pareciendo atractivo mantener posiciones en dólares pero más por diversificación que por un elevado potencial de apreciación.