Economía sobre ruedas
Echar una simple ojeada a los datos de actividad que se registran al final de cada ejercicio en nuestro país permite que cualquier persona vea que la economía actual circula literalmente sobre ruedas. Y es que tanto si se es un experto en la materia como si se peca por falta de conocimiento, resulta muy fácil calibrar el tremendo peso específico que mantiene desde hace tiempo el sector nacional de la automoción. Como por arte de magia, ni la precaria situación laboral y ni siquiera las turbulencias políticas que nos rodean parecen argumentos suficientemente válidos para desinflar el vigoroso músculo del sector industrial del motor, que sigue en plena forma.
Para calibrar el importante papel que tienen los coches en nuestra economía, hay que explicar que el 8,6% del producto interior bruto nacional procede directamente del ámbito de la automoción.
Si nos referimos a la repercusión exterior en el contexto que merece, cabe apuntar también que el 19% del importe de nuestra exportación tiene su origen en la industria de las cuatro ruedas. El 85% de los coches de fabricación nacional se destina a otros mercados. Contar con un territorio en el que operan 17 plantas de producción, correspondientes a nueve marcas distintas, ha servido para convertirse en el octavo país del mundo en cuanto a unidades fabricadas.