Plasmando el futuro
Arco reúne a 211 galerías de 29 países entre el 21 y 25 de febrero en Madrid
La Institución Ferial de Madrid (Ifema) celebra en sus pabellones 7 y 9 entre el 21 y el 25 de febrero la trigésima séptima edición de Arco. Este año participan 211 galerías de 29 países, de las que 160 integran el programa general. El 67% delos espacios expositivos de las galerías internacionales lo acapara la presencia latinoamericana. Entre las novedades de la sección comisariada, El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer, argumentada con unas elección de veinte galerías, y la decisión de no contar con el país invitado de anteriores ediciones. En este reportaje sugerimos un recorrido por una decena de galerías español as dentro del panorama de Arco.
El eclecticismo preside la muestra de Senda, donde coexisten algunas cabezas de Plensa junto a una pieza de 1999 epi grafiada Blood, saliva, semen (75.000 euros), realizada en hierro, cristal y acero inoxidable, además de esculturas pintadas de Balkenhol (de 50.000 a 96.000 euros), una cromática composición de Yago Hortal (20.000 euros) y un conjunto de fotografías de Anna Malagrida de sus erie Cristal house, compuesta por 18 instantáneas que se ofrecen en 25.000 euros.
La aportación internacional al stand de Miguel Marcos la ostentan Julian Schnabel y David Tremlett, aunque la pieza estrella se titula Ruth y Booz, realizada por Miguel Ángel Campano en 1991; mide 234 x 320 cm y está valorada en 100.000 euros. Es un cuadro que posee una extrema complejidad espacial y narrativa: los múltiples focos de atención que conviven en la obra lado tan de soluciones formales significativamente modernas.
Mayoral convierte su participación en Arco en una reivindicación del más importante arte español de pos guerra basando su propuesta en el imaginativo alfabeto de Joan Miró, los ideogramas transformativos de Brossa, en los que nada es lo que parece; las arpilleras de Millares, en el dual y luctuoso verbo del luto y de la sangre, además de Tàpies, que convirtió los sueños en materia aprehensible. Los precios se mueven entre 1.500 y 400.000 euros.
La galería Joan Prats llega a Madrid con una decena de artistas con histórico s como Hernández Pi juan y José María Sicilia, el multifacético portugués Julião Sarmento, con sus imágenes fragmentadas; la oposición entre lo real y lo imaginario del brasileño Caio Reisewitz; la relación de arte y territorio, definida por Perejaume, además del dúo femenino Cabello/Carceller, que trabajan con imágenes que tienden a la confusión a través de una ideología de género y un lirismo contenido.
En Guillermo de Osma hallaremos piezas tasadas entre 1.000 y 400.000 euros y un recorrido por los movimientos, tanto internacionales como autóctonos, del siglo XX. Entre los 25 artistas de los que se exhiben trabajos citaremos los surrealistas Miró y Óscar Domínguez; cubistas como Picasso, Juan Gris, Braque y María Blanchard; cinéticos, como Eusebio Sempere, y los más brillantes nombres del movimiento El Paso, como Millares, Saura y Canogar.
La vanguardia histórica y el arte moderno internacional son los dos segmentos que comercializa la galería Leandro Navarro , que ofrece obras de Picasso ( Verre et comptoir
aux fruits, 2,5 millones de euros), Arp, Calder, Kandinski, Gris, Miró y Tápies, mientras que el mejorarte hispano cuenta con Benjamín Palencia, Juan Barjola y Manolo Millares, mereciendo mención espe- cial el escultor Baltasar Lobo, de quien se ofrece Mére et enfant por 300.000 euros, donde demuestra su elocuente lenguaje elaborado con volúmenes rotundos y pulidos en los que aprovecha la plasticidad táctil y luminosa.
La galería Fernández-Braso plantea un diálogo generacional entre artistas españoles con proyección internacional, Tápies, Ráfols-Casamada, Brotoy Alberto Reguera. Al confrontar sus trabajos se aprecia la evolución por la que transitó la pintura española de los sesenta hasta la actualidad. De la pintura como territorio e interpretación poética de la realidad (Tàpies y Ráfols-Casamada) a la pintura como viaje interior despojada de cualquier referencia ajena al hecho pictórico (Broto y Reguera). Los papeles de Broto cuestan 4.400 euros, y una obra de Tàpies, 210.000.
Helga de Alvear, por su parte, trae un septeto creativo en el que destacan los vídeos sociológicos de Santiago Sierra, el verbo conceptual de Ángela de la Cruz, junto al norteamericano James Casebere, que plasma espacios arquitectónicos interiores (46.000 euros), manifestándose la influencia del cine y la arquitectura en sus composiciones resueltas como fotogramas. La horquilla de precios oscila entre 5.000 y 80.000 euros.
Figuras del realismo español contemporáneo (Antonio López y Juan Genovés) y creadores indiscutibles de finales del siglo XX (Gordillo, Chirino, Manolo Valdés y Soledad Sevilla) además de otros
autores de generaciones más jóvenes definen la oferta de la galería Marlborough, que exhibe una impresionante vista del metro de Nueva York titulada Subway. En
trance Columbus Circle, de Richard Estes, que se comercializa en 500.000 euros. El octogenario artista de Illinois descuella por sus paisajes urbanos hiperrealistas, que son resueltos con geométricas soluciones.
El neoyorquino Michael Joo (1966), representado en las colecciones de museos emblemáticos como el MoMA, el Guggenheim y el Whitney, será el expositor único de la galería Car les Taché con obras trabajadas en resina, alabastro y nitrato de plata tasadas entre 20.000 y 100.000 euros. Las nociones de identidad, cuerpo, naturaleza, espacio o territorio son esenciales en su obra. Plagado de influencias científicas, su trabajo experimenta con una extensa variedad de medios, materiales y tecnologías.
Marc Domènech ha reunido piezas de 24 artistas entre los que citaré a los cubistas Juan Gris y Fernand Léger; el cinético Vas ar el y y el lírico Paul Klee, que saca de paseo a la línea, aunque la obra más singular, titulada Spirale brun et vert, la firma Albert Gleizes. Este autor fue uno de los cubistas partidarios de los motivos planos y también dedicó una parte de sus composiciones a la abstracción. A Gleizes, en colaboración con Metzinger, se debe el primer volumen escrito sobre el cubismo ( Du cubisme), que fue impreso en 1912.