La Vanguardia - Dinero

“Hemos de dar las gracias a Mario Draghi”

Mario Baldassarr­i Presidente del centro de estudios Economia Reale Académico del MIT, ensayista y exvicemini­stro de Economía con Silvio Berlusconi, hoy se dedica a la investigac­ión; y a criticar a los partidos

- Piergiorgi­o M. Sandri

“¿Conoce usted la canción infantil Un elefante se balanceaba sobre la tela de un araña? Pues eso. Esperemos que la tela no se rompa”. Mario Baldassarr­i hatrabajad­o decerca con premios Nobel en EE.UU., conoce la maquinaria del Estado, al haber ocupado altos cargos en el Ministerio de Economía. Ahora se dedica a la investigac­ión y acaba de publicar un libro sobre la crisis económica de la eurozona. Profesor, los sondeos dicen que los italianos no quieren repetir gobierno. Pero con el Ejecutivo actual Italia está creciendo a ritmo sostenido. Porque la recuperaci­ón que se está produciend­o es relativa. Estamos muy lejos todavía respecto a la riqueza que teníamos en el 2007, cerca del 5,7%% por debajo. Yal final la gente tiene menos dinero en el bolsillo. La consecuenc­ia es que estos años la divergenci­a de Italia respecto al resto de los países europeos ha aumentado en lugar de disminuir: un 13%. Estamos en la cola de Europa, no hay que olvidarlo. Algún merito tendrá el Gobierno, ¿no? Tenemos que dar las gracias a santo Mario Draghi. Si no hubiésemos tenido al quantitati­ve easing, las políticas acomodatic­ias del Banco Central Europeo, Italia en el 2017 en lugar de crecer hubiera experiment­ado una recesión del 0,3%. Un contexto favorable que pronto dejaremos de tener, con la retirada de estímulos... Sí, pero en el caso de Italia además hay un problema añadido. Entre el año2019yel 2020entrar­án enfunciona­miento las cláusulas desalvagua­rdia por un monto de 30.000 millones de euros. Son aquellas normas europeas que prevén el aumento automático del IVA en el caso de que el Estado no haya sabido encontrar recursos financiero­s previstos en los presupuest­os. En la práctica, esto supondrá castigar el consumo al incrementa­r los impuestos indirectos, y esto golpeará la actual recuperaci­ón. Yuna Italia inestable, tercera economía de la zona euro, crea problemas a todos en Europa. ¿Qué le parecen los programas electorale­s de los partidos? Todos proponen lo mismo, con diferentes matices: aumentar gastos y reducir impuestos. ¿Suena bien, verdad? Lo primero que habría que hacer es decir dónde conseguir los recursos y cómo se piensa distribuir­los. En cambio aquí se hace al revés: todos dicen dónde van a gastar, pero nadie explica de dónde se piensa sacar el dinero. Mi sensación es que en el fondo todos saben que estas promesas no se pueden mantener, es sólo un truco para captar consensos. Yatienen la excusa perfecta: como al final tendránque­pactar, echaránlac­ulpaal socio de turno. Al final toda la campaña tiene un aspecto surrealist­a. ¿Qué es lo que se debería hacer para reducir la deuda? Rebajar el gasto. Para ello, hay que examinar las distintas partidas. En el 2016, se desembolsa­ron unos 830.000 millones de euros, la mitad del PIB. Hay siete capítulos diferentes. Pero no hay mucho espacio donde intervenir.

¿Por qué? Sueldos yretribuci­ones: están congelados desde hace cuatro años, así que aquí no hay margen. Pensiones: enlos últimos años ya se incrementa­ron 30.000 millones, no se van a reducir ahora. Intereses de la deuda: gracias a Draghi han disminuido unos 18.000 millones, mucho más no se puede hacer. Inversione­s públicas: se han desplomado un 40% y están en mínimos históricos. Otros gastos: fondos a la UE, que no pueden tocarse. ¿Entonces dónde se puede usar la tijera? Lo único que veo son las compras a proveedore­s en la sanidad, es decir, maquinaria­s y otros aparatos, que se incrementa­ron en unañoen el 80%. Pero, sobre todo, el apartadode­transferen­cias a fondo perdido. Es decir, dinero que se ha distribuid­o a las zonas másdesfavo­recidas como el Mezzogiorn­o. En veinte años se han regalado a estas regiones 1,1 billones de euros, prácticame­nte la mitad de la actual deuda pública italiana. Ahora bien, si esto hubiera servido de algo... Pero lo que hubo es malversaci­ón. El sur está peor, las divergenci­as entre jóvenes y ancianos y ricos y pobres han aumentado. Hay cinco millones de italianos que viven en la miseria. La fiesta se ha acabado, lo que pasa es que políticame­nte nadie se atreve a tocar esta partida, porque hay muchos intereses en juego.

¿Qué pasará el día después del voto? Habrá un despertar brusco, porque el gobierno que llegue tiene que presentar un documento de planificac­ión financiera para los próximos cinco años. Tenemos que emitir y renegociar nuevos títulos a corto plazo. En mi opinión, másquetene­r que enfrentars­e a un riesgo populista, el peligro es que los inversores extranjero­s especulen con la deuda pública italiana.

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ALEX KRAUS / BLOOMBERG

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