La Vanguardia - Dinero

Getty, una fortuna herida Su padre le castigó en la herencia por su voracidad sexual; él lo expió con montañas de dinero

HarperColl­ins recupera la adictiva biografía de Jean Paul Getty en la que se basa el filme de Ridley Scott

- Justo Barranco

Una oreja enviada por correo, la de su nieto secuestrad­o por mafiosos calabreses, parece hoy el episodio más llamativo del a larga vida d el archi millonario del petróleo Jean Paul Getty (1892-1976), el empresario que llegaría a ser el hombre más rico de su tiempo. Una oreja enviada ala redacción del diarioIlMe­ssagero en 1973– llegó alastres semanas de la mutilación, por el caos del servicio postal italiano– ante la negativa de Getty a pagar el rescate.

Además de eterno avaro –instaló una cabina de monedas para las visitas aristocrát­icas que recibía en Sutton Place, su mansión británica de 72 habitacion­es–, se justificab­a diciendo que si pagaba podrían secuestrar a sus otros 14 nietos y que no quería contribuir al crimen organizado. Al final, de los 17 millones que pedían inicialmen­te, pagó 3,2: 2,2 los ponía él –el máximo que se podía deducir–, y el millón restante se lo prestó a su hijo, padre del secuestrad­o, al 4% de interés. Cuando Jean Paul murió, tres años más tarde, dejó más de 5.000 millones.

Puede parecer una anécdota delirante, pero desde luego no es la más sorprenden­te de Todo el dinero del mundo, la biografía de Getty –y del infortunio de sus descendien­tes, con abandono, envidias, adicciones y muertes por sobredosis y sida– en la que se basa la nueva película de Ridley Scott. Una obra escrita en 1995 por John Pe ar son con un estilo adictivo que se comprende mejor al saber que no sólo se ha dedicado a las biografías sino que también fue el tercer autor de la saga Bond.

La biografía pinta a Jean Paul Getty como “una especie de friki, una combinació­n peligrosa de genio de los negocios con el desarrollo emocional de un adolescent­e hambriento de sexo”. Era hijo de dos cristianos fervorosos, incluso integrista­s enel caso desupadre–George, el fundador de la dinastía, que tuvo un golpe de suerte millonario en1903cuan­docomenzab­aelboom del oro negro en Oklahoma–, a los que guardó reverencia toda su vida. Pero Jean Paul se dedicó siempre a perseguir lolitas de 17 años con las que incluso se casaba y, en cuanto las embarazaba, se desentendí­a de ellas y de sus hijos, cinco, a los que apenas vio hasta que pudieron ser parte de “la dinastía”, sucederle en las empresasqu­ehizocrece­rdemanera increíble. Porque multiplicó hasta la saciedad el negocio familiar, conungolpe­magistrala­lpactar con Arabia Saudí para explotar su parte en la árida zona neutral con Kuwait, lo que fue una verdadera mina de millones.

Pearson cree que para este hombre, que desde joven se acostumbró a perseguir a adolescent­es negándose a asumir ninguna responsabi­lidad como esposo o padre, fue la muertedesu­progenitor–yel hecho de que le castigara dejándole la empresa a su madreynoaé­l, haciéndole ver que como cristiano no aprobabasu­vida–lo quelellevó­aunacarrer­a interminab­le enlos negocios y a una tacañería creciente. Quería demostrar que su padre se equivocaba, que no era inmoral ni derrochado­r. Sumotivaci­ón fue obsesiva. Tenermásdi­nero, éxito, servía para que su padre se callara en su mente. Luego, su propio legado destruyó a buenaparte desus descendien­tes.

 ?? MCKEOWN / GETTY ??
MCKEOWN / GETTY

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain